RUBEN PASCUAL
BILBO

Se cumple un año desde la Conferencia de Aiete, un hito en el camino hacia la paz

Este miércoles se cumple el primer aniversario de la Conferencia de Aiete, cuyas conclusiones finales conforman, junto con las propuestas recogidas en el Acuerdo de Gernika, una hoja de ruta hacia una paz «justa y duradera» en Euskal Herria.

Reconocidos líderes internacionales, el 17 de octubre de 2011, en el Palacio de Aiete. (Raul BOGAJO/ARGAZKI PRESS)
Reconocidos líderes internacionales, el 17 de octubre de 2011, en el Palacio de Aiete. (Raul BOGAJO/ARGAZKI PRESS)

El 17 de octubre de 2011, el donostiarra Palacio de Aiete fue escenario de una cita histórica, la Conferencia Internacional para Promover la Resolución del Conflicto, que aportó una hoja de ruta para alcanzar el objetivo de una «paz justa y duradera».

En la Declaración que recogió las conclusiones finales, Kofi Annan, Gerry Adams, Bertie Ahern, Jonathan Powell, Pierre Joxe y Gro Harlem Bruntland llamaron primero a ETA a «hacer una declaración pública de cese definitivo de la actividad armada y solicitar diálogo con los gobiernos de España y Francia para tratar exclusivamente las consecuencias del conflicto» y se dirigieron en paralelo a «los gobiernos de España y Francia» para reclamarles que dieran la «bienvenida» y aceptaran «iniciar conversaciones para tratar exclusivamente las consecuencias del conflicto».

Tres días más tarde, llegaría la histórica declaración de ETA en la que anunció el cese definitivo de su actividad armada. El Gobierno español, por contra, sigue sin responder positivamente al emplazamiento que se le hizo en esta importante cita.

Los citados líderes de alcance mundial emplazaron a «que se adopten pasos profundos para avanzar en la reconciliación, reconocer, compensar y asistir a todas las víctimas, reconocer el dolor causado y ayudar a sanar las heridas personales y sociales».

Facilitar el diálogo político

En el cuarto punto, la Declaración de Aiete entró de lleno en el problema político de fondo. Annan y sus compañeros de grupo -tres de ellos protagonistas principales en la solución irlandesa- afirmaron que «en nuestra experiencia de resolver conflictos hay a menudo otras cuestiones que si son tratadas pueden ayudar a alcanzar una paz duradera. Sugerimos que los actores no violentos y representantes políticos se reúnan y discutan cuestiones políticas, así como otras relacionadas al respecto, con consulta a la ciudadanía, lo cual podría contribuir a una nueva era sin conflicto».

Añadieron que, también según su experiencia, «terceras partes observadoras o facilitadoras ayudan el diálogo», por lo que plantean que «aquí, el diálogo también podría ser asistido por facilitadores internacionales si así fuese decidido por las partes involucradas». Y lo apuntalan en el quinto y último punto, en el que se anuncia que «estamos dispuestos a organizar un comité de seguimiento de estas recomendaciones».

La declaración puso colofón a una jornada para la Historia, ya que durante tres horas prácticamente todos los principales partidos y sindicatos compartieron sus criterios sobre la paz y la normalización política.