Salhaketa ha añadido, mediante una nota, que el joven «pronto iba a cumplir el tiempo de la condena por la que se encontraba recluido en prisión», y ha denunciado que el hecho no ha sido notificado por Instituciones Penitenciarias. «¿Qué está pasando? ¿Por qué se ocultan estas muertes? ¿Por qué no se exigen responsabilidades o al menos se investigan? ¿Ocurriría lo mismo si las víctimas fueran otras? ¿Se pueden tolerar impunemente estas muertes en el seno de una institución del estado como es el sistema penitenciario?», se pregunta este organismo.
Para frenar estas muertes en prisión, Salhaketa plantea una serie de medidas concretas como que «el Ministerio Fiscal no se inhiba e investigue de oficio estas muertes, la mayoría de ellas en extrañas circunstancias», que se excarcele «a las personas presas gravemente enfermas, en especial aquellas en fase terminal, así como las que padezcan enfermedades mentales que en muchos casos suponen la inducción al suicidio», que se modifique una legislación penal «que alarga innecesariamente las condenas», que se evite la masificación y el alejamiento y que se ponga fin a «los regímenes de incomunicación y aislamiento».