Martxelo Diaz eta Aritz Intxusta Blog
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Catalán el cobardón

Aritz INTXUSTA

Tengo grabada a hierro la frase de la gran periodista Pilar Urbano de "Cobarde, cobardica, cobardón". Según explica Urbano en su hagiografía del Jefe de Estado, Juan Carlos y su hermano Alfonso estaban jugando a "cobarde, cobardica, cobardón" en Estoril con una pistola y, en un desliz, el actual rey español accionó el gatillo. El resultado es lamentable y de sobra conocido: Alfonso Cristino Teresa Ángelo Francisco de Asís y Todos los Santos de Borbón y Borbón se reunió con los ancestros de su regio linaje.

Es lo que pasa cuando llamas a alguien cobardica, que al final se pica. Catalán venía con ese sambenito de cobardón desde que se echó para atrás y decidió no disputar a Barcina el liderazgo de UPN cuando Miguel Sanz se bajó del trono. Entonces el pontifice corellano lo era todo en el partido. Había hecho papilla a Juan Cruz Alli cuando montó el CDN y todos cuantos velan armas en UPN en pro de la Navarra Foral y Española le rendían pleitesía. «Catalán amaga pero no pega», decían los rivales de Catalán en el partido que, ni cortos ni perezosos, le llevaron al Imserso de la política: la Presidencia del Parlamento.

El otro día, un incisivo periodista del Diario de Navarra le preguntó al pobre Catalán, cuántas veces había oído aquello de que amagaba para luego no soltar el derechazo. Alberto respondió que «muchas». Y, poco después, dejó de hacer el cobarde y soltó la diestra (porque Catalán es muy de la diestra) arreándole a Barcina en todo el colodrillo. De tal magnitud fue el soplamocos, que la burgalesa ha quedado tambalente y puede que ni siquiera llegue al Congreso sin caerse.

Por bueno que sea el derechazo que le endiñó, los hay que, como yo, siguen pensando que Catalán tiene bastante de cobarde. Y lo argumento. Cuando la Barcina le llamó a filas y le obligó a firmar el pacto que ahora ha volado por los aires, Catalán no tuvo el coraje de ir solo. Se fue con su amigo Sanz. De la misma forma, cuando se montó la bronca en la Ejecutiva, Sanz, que gusta poco de acudir a las ejecutivas, acudió en respaldo de su amigo del pueblo. No se atrevió a un tú a tú con Barcina sin traerse al expresidente (que tiene trazas de matón). Y, para terminar, cuando Catalán decidió romper, lo hizo enviando un correo y un guasap. Eso es muy de cobardón. ¡Por favor, señor Alberto, eso se hace a la cara! Romper una relación con un mensaje de móvil es de quinceañero, de quincealero cobardica.

Y he escrito que Catalán es cobardón no con el ánimo de faltarle, sino para dar un argumento más para evidenciar que el corellano noqueará a Barcina. Ganará porque es un cobardica, porque, de no tener la absoluta seguridad de que vencerá el Congreso, no habría tenido los arrestos de presentarse.

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