«Necesitamos hacer una segunda vuelta de play-off», advertía Javier Mandiola el pasado mes de enero, cuando comenzó su andadura al frente del Tudelano. Bien, pues cuatro meses después -y, efectivamente, tras una segunda vuelta de play-off, en la que solo el líder, el River, ha conseguido sumar más puntos-, el equipo ribero ha conseguido su objetivo. O casi. El pasado sábado se libraba de la amenaza del descenso directo y este domingo espera olvidarse también de la posibilidad de tener que disputar el play-out al que, en realidad, solo le condenaría una auténtica carambola.

No es de extrañar que Jesús Miranda se reconozca «aliviado. Hasta que no se soluciona todo matemáticamente siempre hay cierta preocupación, pero tenemos claro que se tendrían que dar muchísimas circunstancias adversas como para que cayéramos en la promoción, así que sí, estamos aliviados». Y disfrutando de una situación que resultaba incluso difícil de imaginar a la conclusión de la primera vuelta, cuando el Tudelano ocupaba la penúltima posición de la tabla, con apenas 16 puntos.

«Habríamos firmado 82.000 veces estar así. Habríamos firmado incluso estar en la posición que está ahora el Real Unión. Ahora ya no, claro, no firmo nada -sonríe Miranda-. Ahora ya solo espero que no se nos complique la cosa de forma tonta, que no tengamos que esperar a la última jornada y que este mismo domingo podamos celebrar la victoria y la permanencia contra el Conquense. Por los méritos que hecho el equipo y por la afición», apunta.

Una afición que, como el presidente ribero, ha sufrido muchísimo. Y también rabiado, por ver al equipo en una situación que no habría esperado. «Me daba rabia ver al equipo abajo -confiesa- porque veía que el equipo no era de Tercera. El equipo que tenemos, y lo hemos visto en esta segunda vuelta, es de los buenos de esta categoría. Un mal equipo no hace treinta o treintaytantos puntos en una vuelta. Pero estábamos acogotados, nos metimos en una dinámica mala, no encontrábamos la manera de ganar, teníamos partidos tontos, nos empataban en los últimos minutos... Y sobre todo me daba rabia porque creía que no teníamos un equipo para estar segundos por la cola», insiste.

Y por eso, el club decidió el pasado mes de diciembre que había llegado el momento de «cambiar de dirección, dar un giro de 180 grados y cambiar de sistema de juego, de mentalidad, de todo lo que se pudiera, para ver si también cambiaban los resultados», lo que se tradujo en la destitución de Juan Carlos Beltrán. Una decisión «muy dolorosa» en un club que no está acostumbrado a los vaivenes en el banquillo -Txema Lumbreras permaneció siete temporadas al frente del equipo-.

«Somos muy fieles. Con el mismo Txema -recuerda Miranda- hubo momentos críticos pero al final estuvo aquí 7 años. Y me dio mucha pena tener que destituir a Juan Carlos Beltrán, al que creo que no se le puede achacar nada a nivel de trabajo. Pero no le salieron bien las cosas, o no supo transmitir sus conocimientos o mil cosas que pasan en el fútbol. Llegamos a un punto en el que había que cambiar algo y ya sabes lo que dice el tópico, y es así, que es más fácil cambiar a uno que a 22».

Motivación, trabajo y fortuna

Así se fue Beltrán y llegó Manix, «un técnico con muchísima experiencia y con muy buenos resultados en la categoría. Y la verdad es que todo ha salido bien. El e Iñigo Arriola son muy motivadores, cambiaron el sistema, reforzaron al equipo a nivel defensivo... Supieron encontrar lo que necesitaba el equipo y los jugadores también han sabido responderles. Es verdad que tuvimos la suerte de ganar el primer partido, contra el Sanse, y eso liberó de alguna manera al equipo. Pero luego se ha seguido trabajando muy bien y por eso hemos tirado para arriba», explica el presidente navarro, al que le gustaría dar continuidad al trabajo de estos últimos meses. «El Tudelano no es de borrón y cuenta nueva. Fíjate que el año pasado subimos de Tercera y mantuvimos a quince jugadores. Somos de mantener grupo, y los jugadores lo saben, aunque eso depende también de la opinión de los técnicos y, sobre todo, del presupuesto».

En este sentido, Miranda confía en que «nuestros patrocinadores, sobre todo el principal Urzante, nos sigan apoyando. Y que la afición también se enganche algo más, a ver si entre todos podemos hacer un buen equipo. Se habla mucho aquí de lo que podría suponer tener un equipo que aspirara a cotas más altas. A ver si podemos llegar a eso», suspira.

Aunque, de momento, se conforma con poder ascender ese último peldaño que separa al Tudelano de la permanencia matemática.