Josemari Lorenzo Espinosa

Falacia ad hominem

No sabemos cuánto recorrido le queda a la izquierda abertzale en su camino a la normalidad. Cuál es el límite de sus ofrecimientos de buena voluntad. Hasta dónde llega su proyecto de reconciliación. O su paciencia. Pero sabemos que, con determinadas personas, todo es inútil. Ejemplo: la actuación de PP o UPyD en la investidura. No hablaron sobre las propuestas de la candidata Mintegi. No estaban interesados en sus alternativas. Podían haber ignorado su existencia. No decir nada. Como si siguiera ilegalizada. Pero no. Aprovecharon la ocasión para repetir el tópico. Con el único argumento que conocen: la descalificación a la persona.

La conocida como falacia ad hominem, que ya usaban los clásicos. Viene a decir, "cómo usted es sospechosa de connivencia con ETA, todo lo que diga está viciado". No nos vamos a molestar en oirla. Esta circunstancia, real o falsa, no tiene nada que ver con lo que está diciendo o pasando, pero nunca dejaremos de usarla. Basagoiti y sobre todo Maneiro, son especialistas en la descalificación personal. Es decir en la falacia ad hominem.

Tendría que haber una norma en el protocolo parlamentario, según la cual el presidente de la Cámara pudiera llamar la atención o simplemente quitar la palabra a estas "señorías", cuando en vez de rebatir al adversario, por sus propuestas y argumentos, lo hacen por sus "virtudes" personales, vengan o no al caso.

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