Aunque BBVA «marcha bien», como explicó su presidente Francisco González en el Palacio Euskalduna ante la Junta General de Accionistas de 2014, en la calle y dentro de la misma junta hubo críticas y rechazo a la política financiera de BBVA, del que el 52,3% de las acciones está en manos de inversores no residentes en el Estado español.

En un discurso plano, explicó que en 2013 ganó 2.228 millones, «un 33% más que un año antes o un 55% más en euros constantes» y llamó a llevar adelante más reformas «para situarnos en una posición de mejora». González dijo que uno de los retos del banco se encuentra en la adaptación a las tecnologías de la información, que BBVA ha invertido en los seis años anteriores, lo que le ha situado, en este momento, «en condiciones de convertirse en un líder de la industria financiera del siglo XXI», según explicó.

Por séptimo año consecutivo, la Plataforma contra el BBVA burló la intensa presencia policial en los alrededores del Palacio Euskalduna y tres activistas derramaron pintura roja sobre sus impecables trajes, mientras sus compañeros que sostenían una pancarta con el lema: «BBVA hiltzaile» gritaban diferentes consignas como «esta es, aquí está la cueva de Alí Babá» y, entre otras, «accionista, hazte activista».

Un portavoz de la plataforma explicó precisamente que «BBVA es un caso particular dentro del entramado financiero mundial que sufrimos y que funciona sin ningún tipo de ética. Obtuvo un beneficio, antes de impuestos, de 3.077 millones, mientras la inmensa mayoría de la ciudadanía se encuentra inmersa en una profunda crisis». En este caso, añadió que «esta crisis está provocada por la especulación llevada a cabo por los propios bancos y cuyas consecuencias seguimos pagando a través de la desviación de fondos estatales y la oleada de desahucios».

«Ha perdido un juicio»

El coordinador de la Asociación de Usuarios de Bancos (Adicae) en la CAV, Francisco Javier Alvarado, declaró antes de intervenir en la junta del BBVA que «vamos a recordarle a Francisco González que «ya han perdido un juicio en primera instancia en Bilbao sobre el caso de las aportaciones de Eroski».

Por otro lado, Kaltetuak, asociación de afectados por las aportaciones subordinadas financieras emitidas por Fagor y Eroski, aseguró a las puertas del Palacio Euskalduna que «tiene ya preparadas las demandas individuales contra las entidades que comercializaron estas aportaciones con el fin de que la Justicia les obligue a devolver el dinero a los consumidores»

La asociación, que agrupa a alrededor de 1.500 afectados, informó de esta medida durante una protesta que llevó a cabo frente al Palacio Euskalduna con motivo de la junta de accionistas del BBVA, una de las entidades financieras que vendió estas aportaciones. La coordinadora de Kaltetuak Bizkaia, María Jesús González, en declaraciones a los medios de comunicación, señaló que las demandas individualesse presentarán por medio de dos gabinetes de abogados.

El presidente de BBVA, en respuesta a varias interpelaciones que le realizaron sobre las cláusulas suelo o las aportaciones subordinadas de Eroski, dijo que está dispuesto «a asumir errores, si los hay». Pero añadió que BBVA actuó con «corrección».

El tema de la retribución también tuvo un peso importante en el turno de las preguntas de los accionistas. Porque, ayer se aprobó por amplia mayoría, la posibilidad de que los consejeros ejecutivos y un grupo de 163 directivos privilegiados puedan obtener una retribución variable que podría sobrepasar, dependiendo de los casos, el 200% del sueldo fijo.

A quienes criticaron ese hecho, González les contestó que «son cantidades similares a la media de compañías comparables con BBVA». Con cargo a 2013, el propio presidente percibirá una remuneración total de 5,16 millones y el consejero delegado, Angel Cano, otros 3,75 millones.

Para salir de la crisis

González reconoció que una tasa de desempleo del 26% supone un riesgo evidente para la economía, lo mismo que exista un endeudamiento privado de casi el 260% PIB y una deuda pública próxima al 100%.

A su juicio, son necesarias reformas para racionalizar la carga fiscal, «dando más alicientes a la inversión y el ahorro». Llamó a «mejorar el funcionamiento del mercado laboral y potenciar el capital humano» y a «elevar la competencia».

En su carta de peticiones al Gobierno español, el banquero exigió «ayudas a la internacionalización de las empresas españolas» y un elemento más que demandó fue «completar la reestructuración de las cajas de ahorro y devolverlas al sector privado lo antes posible. Esto es clave para impulsar el crédito y en particular las operaciones que financian la inversión y el empleo».