Miren Egaña

Despido en Jangarria/Ausolan (C. Mondragon)

Ha pasado más de un mes desde que la empresa Jangarria despidió a una trabajadora que llevaba seis cursos en el C.P. Ezkaba (Antsoain), mi hija. Realizaba el servicio de guardería de 7:45 a 9:00 y el servicio de comedor y siesta/patio. Como fija discontinua debía haberse incorporado a su puesto el 1 de octubre, lunes. Pero el 28 de septiembre, viernes, a las 4:30 de la tarde, le comunicaron su despido. Prefirieron abonarle los 15 días correspondientes al preaviso obligatorio. Tal y como está la situación socio-económica a mi alrededor, he tenido muchas dudas sobre publicar esto, pero creo que debo hacerlo, por la dignidad personal y profesional de mi hija y para denunciar la perversa utilización que están haciendo muchas empresas de la última reforma laboral.

 Teóricamente, una empresa privada que presta servicios a terceros, como es el caso, debería tener en cuenta, entre otras cosas, la satisfacción de los y las consumidores del servicio (en este caso estamos hablando de niños y niñas, madres y padres), y también la confianza que la propia empresa tiene depositada en el trabajador/a.

 Respecto al grado de satisfacción de “los clientes”, creo que ha quedado demostrado en la carta cariñosa y emotiva que 82 padres y madres han firmado reivindicando la profesionalidad y dedicación de esta trabajadora para con sus hijos e hijas, remitida por cierto, a la gerencia de la empresa.

 Si analizamos el tema de la confianza de la  empresa en la trabajadora, debe decirse que durante los últimos años se le han confiado las llaves del centro público para que abriera el acceso a la guardería.

 El despido se sustenta en “razones objetivas y de organización empresarial”. No se me escapa que el gerente de Jangarria declaró en los medios de comunicación que el número de niños/as usuarios de los servicios de comedor ha disminuido este curso 2012-2013. Es verdad. En algunos centros ha bajado, pero existen aumentos en otros (Sarriguren, por ejemplo).

 ¿Qué ha ocurrido para que despidan a una trabajadora fija discontinua? ¿Qué significa lo de “razones objetivas y de organización”? Hasta ahora una empresa debía reubicar a sus trabajadores fijos discontinuos previamente a contratar nuevas trabajadoras. En este caso se han producido nuevas contrataciones, también en el C.P. Ezkaba. Pero, ante la demanda, han preferido “negociar” el despido improcedente sin pasar por los juzgados. Prefieren no llegar al tribunal. La trabajadora despedida, por dignidad, dice que no. Luego, al percatarse de lo irrisorio de la indemnización, la triste experiencia le aconseja que, tal como está su hipoteca, debe firmar. Impotencia.

 Después de reflexionar, me he dado cuenta que las razones del despido hay que buscarlas en otro sitio. Sí, aquella huelga de marzo de 2012, donde la encargada de Jangarria daba consejos a las trabajadoras: vosotras sabréis lo que hacéis, pero ateneos a las consecuencias, a ver qué pasa el año que viene… Un conflicto de cocina que trascendió a la gerencia con la inestimable ayuda de las representantes de ELA  que, desgraciadamente, realizaron una labor de corre-ve-y-díle empresarial (casualidades de la vida mi hija había participado en las listas de ese sindicato). Por lo visto, las posturas y acciones que denunciamos en algunos sindicatos se dan en otros, aunque me fastidie (por no decir otra cosa) reconocerlo.

 Por cierto, ¿es legal realizar un servicio de guardería pagando a las trabajadoras el convenio de hostelería en la sección que paga Jangarria? ¿Puede una trabajadora de una contrata responsabilizarse de las llaves de un centro público dependiente del Gobierno de Navarra?

 El cabreo y la impotencia están ahí. Sobre todo cuando veo los anuncios de empresas de la C. Mondragón:  aquí hacemos las cosas de manera diferente. ¡Ay si el fundador de las Cooperativas Mondragón levantara la cabeza! ¿Qué nos queda? Luchar, por nostras y por nuestras hijas.

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