Iñaki Urdanibia

¿«Jacobino« ha dicho?

Si hay algo que me revienta -con los años el espíritu cascarrabias no decrece sino que parece aumentar- es el uso y abuso de ciertos términos a los que se vacía en su real significado; vamos que tal como se emplean no los conocería ni su madre, si las palabras tuvieran tal. Entre las que se emplean con frecuencia se hallan ‘raza’, ‘cinismo’, ‘síndrome de Diógenes’, y… ‘jacobino’.

Este último se aplica a troche y moche, usándose tal palabra con ánimo ofensivo, de insultar vamos, aplicándola a quienes defienden posturas centralistas; así en el caso hexagonal se ha hablado de los afanes jacobinos tanto de Nikolas Sarkozy como de François Hollande, por referirme a los dos últimos presidentes de la République; ahora no se cesa de aplicársele tal adjetivo y sus derivados, así Manuel Valls da muestras -según leo- de un «jacobinismo radical» toma! ( tiens! que dirían arriba los Pirineos).

La tergiversación, a pesar de que esté consagrada por el uso y el abuso, es de órdago ya que se identifica a los revolucionarios franceses únicamente con uno de los aspectos que postulaban olvidándose de otros esenciales como la reivindicación republicana y otros puntos de indudable sabor popular y de izquierdas, revolucionarios. Si en el caso hexagonal, como señalo, la utilización del término es de sal gruesa, nada digamos cuando tal calificativo se aplica -cosa que también se hace con frecuencia- a los gobernantes del reino hispano, monárquico él ¿dónde está el programa jacobino en las jaculatorias de Zapatero o en los escaqueos de Rajoy. ¡Pobres Saint-Just, Robespierre, Marat o Danton!

No hace falta haberse empapado de historia de la revolución francesa para conocer que el jacobinismo era algo más, mucho más, que un programa centralista…no cabe definir a tales revolucionarios olvidando el contenidos, precisamente, revolucionarios de sus propuestas. Así la aplicación de tal calificativo a personajillos como los nombrados- y más en concreto al derechoso Valls- sobra y supone un verdadero insulto a la inteligencia, además de a los propios revolucionarios franceses.

Precisamente hace no mucho, se publicó una novela -posteriormente creo recordar que premiada- de Javier García Sánchez sobre el denostado Robespierre; el escritor barcelonés, con una amplísima documentación, reivindica al líder de los revolucionarios franceses, los jacobinos. http://www.info7.com/2012/12/04/propuesta-literaria-13/

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