«Mano tendida para la autodeterminación de nuestro pueblo, puño cerrado contra los recortes y luz y taquígrafos a la gestión». Con esta frase ha condensado la postura de la Candidatura d'Unitat Popular (CUP) su diputado David Fernández, que este viernes se ha estrenado como orador en el Parlament de Catalunya.

Fernández ha comenzado desgranando la crisis económica que afecta a los Països Catalans y al global del planeta, señalando que «el mundo está gobernado por ladrones y piratas». Concretamente en Catalunya, el flamante diputado ha declarado que «este Parlament reina pero no gobierna», ya que «los mercados financieros votan cada día, mientras que los ciudadanos una vez cada cuatro años». «Este Parlament no ha estado a la altura de la situación», ha añadido.

El diputado independentista ha criticado el anuncio de los nuevos recortes, así como «la venta del país» que se está produciendo a través de las privatizaciones. «Tenemos que buscar nuestra fórmula para seguir el camino de Islandia», ha pedido Fernández, quien recordando que no tienen «memoria de pez, sino de elefante», ha recuperado del cajón de la historia un decreto de colectivizaciones de la Generalitat del año 1936, en el que se leía que «la muerte del capitalismo equivale a la victoria del pueblo».

Para salir de la crisis, el diputado de la CUP ha presentado medidas en tres niveles. Por un lado las gratuitas -moratoria de desahucios y reparto de trabajo-, por otro las medidas de reordenación y recuperación del control de recursos estratégicos -como el agua, recientemente privatizada-; y por último, medidas «valientes» que se encaminen a «desobedecer a los mercados y salir de la deutocracia». «La autoridad se demuestra con los fuertes, no con los débiles», ha recordado.

Sobre la autodeterminación, Fernández ha tendido la mano a colaborar para que esta se haga efectiva, recordando que «ha sido la calle la que ha dado la oportunidad al Parlament de avanzar hacia la libertad». Sobre la legalidad de la consulta, el diputado ha recordado que él fue insumiso, algo que en su día era ilegal, pero que consiguió erradicar el servicio militar obligatorio. «No necesitamos permiso para ser libres», ha concluido.