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DONOSTIA

Una decena de cardenales acusados de encubrir la pederastia participará en el cónclave

117 cardenales designarán al nuevo Papa en marzo, entre ellos se encuentran por lo menos diez que han sido acusados de encubrir casos de pederastia. Destaca el caso del estadounidense Roger Mahony, acusado de encubrir durante casi tres décadas a más de un centenar de sacerdotes acusados de abusos a menores.

La información que publicaba este fin de semana el británico The Obserever, en la que cuatro sacerdotes acusaban al cardenal y arzobispo de Edimburgo Keith O'Brien de «conducta inapropiada», precipitó su dimisión y, por consiguiente, abortó su participación en el cónclave de marzo donde se elegirá al nuevo Papa. O'Brian cumplirá 75 años el 17 de marzo y se esperaba su participación en la decisión del nuevo pontífice, el Vaticano arguyó «motivos de edad» pero todo apunta a que la denuncia de estos sacerdotes adelantó su resignación.

Su dimisión focaliza la atención en varios de los 117 cardenales pertenecientes al Colegio cardenallicio, y que, sin llegar a ser acusados de actos «inapropiados», sí están en el punto de atención de las víctimas de abusos a menores por haber encubierto casos de pederastia en el seno de la Iglesia, según las denuncias recogidas por medios de comunicación de todo el mundo. El más destacado es el caso del cardenal de Los Ángeles (EEUU) Roger Mahony. La asociación estadounidense ‘United Catholics’ ha emprendido una campaña para pedir que no participe en el cónclave y varios medios de comunicación, como ‘Familia Cristiana’ se preguntan si es necesario encubrir casos de abusos a menores para participar en la elección del Sumo Pontífice.

Los purpurados bajo sospecha de encubrimiento de pederastia que participarán en el cónclave de marzo llegan, por lo menos, a la decena, y parece que nadie duda de que deban participar en la elección. Ayer el exfiscal vaticano Charles Scicluna afirmaba que «tienen el derecho y el deber» de participar en la elección.

Entre los sospechosos de encubrir casos de abusos a menores se encuentra el cardenal Timothy Dolan, de Nueva York. La semana pasada declaró ante el juez, acusado de ocultar casos de abusos a menores en Milwaukee, de donde fue arzobispo entre 2002 y 2009. ‘The New York Times’ publicó que pagó hasta 20.000 euros a curas pederastas a cambio de que dejasen silenciosamente el sacerdocio. Dolan lo negó y el rotativo neoyorquino respondió aduciendo que así figuraba en varios documentos presentados ante el juez por víctimas de estos abusos.

Otro estadounidense que participará en la gran cita eclesial y sobre el que se centra la sospecha de encubridor es Justin Francis Rigali, que fue acusado en 2011 de no esclarecer acusaciones de pederastia en el estado de Philadelphia contra 35 sacerdotes.

También se encuentran en esa lista el mexicano Norberto Rivera Carrera, imputado por proteger al cura pederasta Nicolás Aguilar Rivera, la figura más importante de la Iglesia en Australia, George Pell, al que culpan de ofrecer miles de dólares a familias de las víctimas a cambio de su silencio, y el purpurado belga Godfried Danneels, al que responsabilizan, también, de tratar de silenciar casos de abusos

Otro caso destacado es el del cardenal primado de Irlanda, Sean Brady, que reconoció no haber denunciado el caso de dos abusos a menores cometidos por el sacerdote Brendan Smyth. Brady alegó que no los denunció «porque no era sus responsabilidad», al participar en esa investigación interna como «mero testigo».

Hasta los más altos estamentos

Las denuncias de encubrir casos de abusos a menores cometidos por parte del clero han llegado hasta los más altos estamentos de la Iglesia católica apostólica romana. El que fuera secretario personal de Juan Pablo II, el polaco Stanislau Dziwisz, habría recibido sobres de soborno del fundador de los Legionarios de Cristo Marcial Maciel a cambio de su silencio en torno a los casos de pederastia, según varios medios de comunicación. Otro primera espada de la Iglesia, el cardenal Leonardo Sandri, que fue quien anunció al mundo la muerte del predecesor de Benedicto XVI al frente de la jerarquía eclesiástica, fue acusado por varios medios de comunicación de no denunciar el caso de Maciel, aunque lo conocía.

También hay sospechosos de encubrir la pederastia entre los cardenales que no podrán votar en el cónclave, debido a su edad, pero que sí participarán en las reuniones previas. Es el caso de Angelo Sodano, ex secretario de Estado vaticano. En este caso fue el arzobispo de Viena, Christoph Schoenborn, quien denunció que Sodano había obstaculizado la investigación en torno a casos de abusos de menores protagonizados por el prelado austríaco Hans Hermann Groer.

Hay quien a la lista suma al mismísimo Papa saliente, Joseph Ratzinger, ya que autorizó en la década de los años 80, cuando era arzobispo de Múnich y Freising (Alemania), que un cura con antecedentes de pederastia, y que había sido expulsado por eso del obispado de la ciudad alemana de Essen, siguiera con su labor pastoral.