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Barcelona

Comienza el juicio por torturas contra nueve funcionarios de la cárcel de Quatre Camins

Nueve funcionarios de prisiones se han sentado hoy en el banquillo de los acusados por las agresiones cometidas contra reclusos de la cárcel de Quatre Camins (Barcelona) después del motín que se vivió en esta prisión catalana en abril 2004.

Nueve años después del motín de la cárcel de Quatre Camins, la Audiencia de Barcelona ha acogido esta mañana la primera sesión del juicio contra nueve funcionarios de prisión por torturas. Se les acusa de haber agredido a algunos de los 56 reclusos que, tras el motín de 2004, fueron trasladados a otras cárceles del Estado –algunos bajo el régimen FIES–. Una veintena de presos denunciaron malos tratos, aunque solo diez denuncias han llegado hasta el juicio.

A decisión del juez, la vista se ha celebrado en una de las salas más pequeñas de toda la Audiencia, impidiendo de esta manera insólita la entrada de los medios de comunicación en la sala, por lo que han tenido que seguir la sesión desde una pantalla instalada en la sala de prensa.

El juicio ha comenzado con los testimonios de los primeros procesados, a los que la Fiscalía acusa de un atentado contra la integridad moral –hasta cuatro años de prisión– y de faltas por lesiones. Por su parte, las acusaciones particulares y la popular –ejercida por la Associació Catalana per a la Defensa dels Drets Humans– acusan a los imputados de un delito de torturas, que puede comportar penas de hasta ocho años.

Entre los que han declarado hoy se encuentra el que en 2004 era subdirector médico del centro penitenciario, Xavier Martínez Redondo, quien ha negado cualquier tipo de agresión, aunque ha admitido «una cierta contundencia en las acciones». «Si un preso venía por el pasillo y no quería caminar, se le ayudaba para que caminara rápido», ha añadido, sin especificar cómo se realizaba dicha «ayuda».

Tras la declaración de los imputados, está prevista la comparecencia de hasta 116 testimonios, en un juicio que se prevé que quede visto para sentencia el 5 junio.

Motín de Quatre Camins

El 30 de abril de 2004, la tensión en la cárcel de Quatre Camins, alimentada por las denuncias de violación de los derechos de los reclusos –en 2002 ya hubo otro motín–, estalló en una serie de altercados en los que resultó gravemente herido un subdirector del centro. Reprimida la protesta, los funcionarios se dispusieron la noche del 30 de abril al 1 de mayo a trasladar a 56 presos supuestamente implicados en el motín a otras cárceles.

Según denuncian los prisioneros afectados, con la ayuda de otros funcionarios que no estaban de servicio, los carceleros crearon un pasillo humano por el que pasaban los internos desde sus celdas hasta el departamento de ingresos, durante el cual fueron agredidos indiscriminadamente con patadas, golpes de puño y de porras de goma –extremo negado esta mañana por Martínez Redondo–.

Tras el motín y las consabidas represiones se iniciaron dos procesos judiciales paralelos: uno contra 17 presos amotinados y el otro contra los funcionarios denunciados por maltratar a los reclusos. Mientras que el segundo ha comenzado esta mañana, el primero fue mucho más veloz y acabó en 2008 con la condena de siete reclusos por un delito de homicidio en grado de tentativa y de otros siete por faltas de lesiones –tres fueron absueltos–. Algunos presos vieron incrementada su pena en hasta 19 años más.