Nerea GOTI
BILBO

200 usuarios de Bilbo emplean la moneda ekhi en su vida cotidiana

Un mes en circulación y son ya 197 los usuarios de la moneda ekhi, de curso aún solo en el Casco Viejo de Bilbo pero con visos de implantarse en municipios como Barakaldo o Munitibar, donde ya está en marcha la apertura de oficinas de cambio.

Billetes de ekhi.
Billetes de ekhi.

Ilia y Euke, representantes de dos negocios en los que el ekhi es ya moneda de cambio, han valorado muy positivamente la experiencia, a la que se han sumado con la conciencia de que esta es su pequeña forma de empezar a cambiar el mundo, apostando por un consumo más justo, sostenible, alejado de la especulación y centrado en «lo cercano, lo nuestro».

Cerca de 30 empresas participan de esta iniciativa, que ha logrado poner en circulación 3.242 ekhis. Sus promotores han dado a conocer estos datos en una rueda de prensa en Bilbo, en la que han destacado que son «muy positivos», dado el corto plazo de tiempo que lleva en circulación, y han precisado que toda la información está en su web www.ekhitxanpona.org, y en particular, en el apartado Transparencia, en el que se pueden ver los movimientos de la moneda, porque esta también es una cuestión que resaltan, no tienen ánimo de lucro y quieren que su experiencia sea totalmente transparente para la comunidad.

Un ekhi se cambia por un euro y tiene un plazo de caducidad fijo de varios meses para evitar la acumulación de moneda y fomentar la circulación, generando riqueza en el entorno local. El objetivo, resaltan sus promotores, es disponer de «una herramienta complementaria al euro», cuyo objetivo es «promocionar lo propio, lo local, lo sostenible».

De hecho, los ekhis también se pueden devolver, aunque en ese caso al usuario se le reembolsarán 95 céntimos. De los cinco restantes, 2 se destinarán a gastos de la puesta en circulación de la moneda local y 3 irán a parar a Ekhifunding, un fondo social para financiar iniciativas de asociaciones y movimientos sociales. Los integrantes de la comunidad de usuarios del ekhi serán quienes decidan a final de año qué destino se dará a ese fondo, que en un mes ha acumulado cerca de cien euros. Lo que tienen claro, según han precisado, es que el dinero que se acumule en este fondo irá a parar a «proyectos sociales, económicos, culturales... dentro de unos valores de justicia social, de ecología, de fomentar la cultura y lengua propias y de igualdad de género».

En los próximos meses, buscan que ekhi se extienda por Bizkaia, pero quieren que la iniciativa surja de forma natural, porque alguien del lugar se anime a sumarse a la experiencia. En boca de quienes ya han dado el paso, Euke, al frente de una juguetería en Artekale, e Ilia, en un taller de artesanos que trabajan el cuero y la plata, manejar ekhis en este corto espacio de tiempo ha servido para conocer otro tipo de consumo y consumidores, ver «cosas positivas» y «gente ilusionada» en tiempos en los que no es lo más común.