Este plan, que fue dado a conocer públicamente por el propio Errazkin el pasado 19 de febrero en un acto en el vertedero de Urteta (Zarautz), prevé tratar la basura del territorio en tres plantas de compostaje y una de tratamiento mecánico-biológico, lo que supondría cerrar los tres vertederos actuales y construir un nuevo depósito de inertes, todo ello antes de comenzar el año 2016.
Errazkin ha mostrado a los presentes, en un recipiente de plástico, materia inerte de una planta de tratamiento mecánico-biológico de Austria, similar a la que se construirá en Gipuzkoa. Esta materia es la que resulta del tratamiento de la fracción que actualmente se arroja a los vertederos sin ningún tipo de proceso anterior. Los junteros han podido tocar y oler estos restos, que según ha asegurado el diputado de Medio Ambiente no generan malos olores ni se descomponen.
La planta de Zubieta será capaz de procesar un máximo de 170.000 toneladas de residuos, de las cuales unos dos tercios serían recuperadas y recicladas. Respecto a su ubicación, una de las incógnitas pendientes de despejar, Errazkin ha asegurado que la Diputación analiza posibles emplazamientos y que, en breve, habrá noticias al respecto.
El diputado foral ha explicado que el coste de estas infraestructuras será de unos 131 millones de euros, a los que habría que añadir las indemnizaciones de 8 millones por la paralización de la incineradora, cuyo presupuesto ascendía hasta alrededor de 400 millones.
En el turno de intervenciones, la comparecencia ha derivado en el habitual cruce de recroches entre Gobierno y oposición sobre si corresponde al Consorcio de Residuos o a las Juntas la competencia sobre la gestión del tratamiento de residuos.