El director gerente de Euskarabidea, Maximino Gómez, ha comparecido en la comisión de Educación del Parlamento de Nafarroa, donde ha repasado las líneas fundamentales de actuación dentro de Euskarabidea, en una «situación difícil con la coyuntura actual», según ha reconocido a los medios de comunicación. En el exterior, organismos que trabajan por la normalización del euskara se han concentrado para exigir las partidas prometidas.

Ante las protestas por la política lingüística del Gobierno de Nafarroa, ha comentado que «la prestación de servicios públicos puede darse por medios directos o subvenciones» y ha dicho entender que «las organizaciones que recibían subvenciones desde hace muchos años puedan tener problemas de viabilidad en una situación económica como la actual, que no es exclusiva del mundo del euskera».

Tras remarcar que «la situación económica no es la deseable» ha subrayado que «durante estos años Euskarabidea está buscando continuar con el desarrollo y ejecución de las competencias en los ámbitos que le dan sentido».

Ha citado algunas de sus actuaciones como los acuerdos con Euskaltzaindia, el funcionamiento de la terminología del euskara en Nafarroa y la toponimia, ha recalcado su apuesta estratégica por la enseñanza de euskara a personas adultas y ha recordado que ayer mismo se abrió la matrícula del euskaltegi de Euskarabidea, en el que la oferta pública se hace extensiva a cualquier persona, no solo a funcionarios.

En su comparecencia ha resaltado el «esfuerzo» que les ha supuesto sacar adelante la convocatoria de ayudas a ayuntamientos y ha anunciado que a finales de verano se conocerán los resultados de la encuesta sociolingüística.

Según ha adelantado, se observa un incremento del conocimiento del euskara como consecuencia del sistema educativo, incluso en la zona «no vascófona», pero al mismo tiempo un descenso del uso del euskara como lengua familiar, por lo que «la intervención debe ir hacía allí, los elementos de la tecnología de la información y comunicación deben ir hacia allí».

Gómez ha concluido que el «gran reto que tiene el euskera es que no se usa», que su nivel de uso es «reducido».