Ainhoa Güemes eta Zaloa Basabe Blog
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Víctimas polémicas

Zaloa Basabe

El problema no es Toni Cantó. El problema no es siquiera lo que dijo Cantó. El problema no es que mintiera sobre las cifras de las supuestas denuncias falsas de violencia de género.

El problema es que creyó que, como representante público, podía hacerlo. Es decir, la verdadera gravedad reside en que pensó que existía el ambiente propicio y el público dispuesto a creerlo.

Y así es.

Para salir a la palestra con datos falsos se necesita una gran dosis de soberbia. Pero para tener soberbia, hay que poder permitírsela, esto es,  cualquiera no puede volver a las víctimas en sospechosas y salir inmune. Él sí. Con este tema, sí. Porque el difamar a las víctimas de la violencia de género genera polémica, mientras que cuestionar la integridad de las víctimas de otros tipos de violencia constituye delito.

Este es el escenario en el que el actor Cantó se mueve, en el que se encuentra cómodo, en el que puede improvisar o representar su papel más guionizado. Lo mismo da. Y nosotras, las espectadoras, asistimos más o menos  perplejas a las continuas reposiciones del mismo espectáculo de mal gusto, entre la sorpresa de que siga siendo posible y el hastío al ver que el público permanece en sus asientos. Cuando las críticas son tan malas y el texto tan infame, no es suficiente con que cambien al actor protagonista. Es la obra la que tiene que caer de nuestras carteleras... y  con todo el equipo.

Pero para eso, mucho antes, tendrá que ser el público quien se levante y les dé la espalda. Tengo mis dudas al respecto. El actor se debe a su público. El público es el que me preocupa.

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