Pablo GONZÁLEZ Enviado especial
CRISIS EN UCRANIA

La tensión sobrevive en los medios

El conflicto entre Kiev y Moscú por la península del mar Negro tiene tintes épicos en los medios de comunicación de los dos bandos. La población lo tiene cada vez más difícil para saber la verdad, incluso sobre hechos ocurridos en sus ciudades

El conflicto por Crimea va camino de convertirse en el conflicto donde más distancia hay entre la tensión reflejada en el espacio informativo y la realidad reinante sobre el terreno. Ambas partes y sus simpatizantes utilizan masivamente los medios de comunicación y las redes sociales para expresar su punto de vista y desmentir el del contrario, sin dudar en utilizar para ello un número cada vez más alto de informaciones distorsionadas e imágenes de otros lugares, conflictos o hasta años.

A día de hoy, en Crimea reina la normalidad en todos los municipios. Los comercios están abiertos. Los colegios funcionan. El transporte urbano e interurbano circula como es habitual. Para encontrar algo fuera de lo normal hay que acercarse a alguna de las bases militares ucranianas e intentar acceder a su interior. El paso será lógicamente denegado, pero por personal de las fuerzas militares rusas, aunque estas siguen negando su obvia identidad. La otra opción para encontrar algo fuera de lo común y perturbador en Crimea es la de sumergirse en la cobertura informativa, tanto de medios de comunicación como la hecha por la gente a través de las redes sociales.

Los profesionales

En determinados medios, la guerra parece que estalla varias veces al día, y aun cuando esto no sucede una vez tras otra, ninguno de ellos hace siquiera el más mínimo desmentido. Incluso en más de un medio han utilizado constantemente el término «guerra» para referirse a una situación desde luego anómala y por momentos tensa, pero que ha provocado hasta el momento cero heridos, cero muertos e incluso cero refugiados.

Cadenas de importancia internacional como la británica BBC, la catarí Al Jazeera o la norteamericana CNN han lanzado varias veces en los últimos días informaciones de ataques inminentes o ultimátum que supuestamente han presentado los militares rusos a los ucranianos para que estos depusieran sus armas. Todas esas informaciones eran desmentidas en minutos por los ministerios de Defensa tanto de Ucrania como de Rusia, pero seguían en la primera plana de los medios de comunicación citados durante horas, así como en muchos otros que los toman como fuentes. .

Ayer, tropas ucranianas coordinadas con varios medios occidentales protagonizaron lo que es hasta la fecha la acción más seria del conflicto. Militares ucranianos intentaron desfilar, bandera en mano, desde el exterior hasta donde estaban estacionados sus aviones en la base aérea de Belbek, rompiendo el acuerdo de no provocaciones que habían llegado con los rusos varios días antes cuando estos tomaron la base. Sin dejar acercarse demasiado, las tropas rusas efectuaron, para alegría de la parroquia periodística occidental, varios tiros al aire. Tras una breve charla entre el comandante ucraniano y el ruso, el incidente quedó solucionado. A las razones de quién y por qué había ordenado semejante acción, el comandante ucraniano Yulii Mamchur no supo dar una respuesta clara. Pero las primeras planas estaban garantizadas.

En el bando contrario, la situación no es diferente. Rusia está interesada en mostrar una normalidad total en Crimea, pero también necesita justificar su intervención. Los canales de la televisión estatal rusa y su servicio internacional Russia Today hablan de constantes provocaciones protagonizadas por la parte ucraniana y supuestos grupos guerrilleros, mientras obvia mayoritariamente la resistencia de varias bases. Asimismo, niegan algo tan tangible como la presencia de tropas regulares rusas en Crimea.

Y los no profesionales

El otro gran frente abierto es el de las redes sociales. Adonde no llegan los profesionales, salen entusiastas ayudantes mayoritariamente anónimos que defienden con gran ímpetu y escaso rigor su bando.

A veces los autores llegan a intentar hacer pasar por información real invenciones o rumores variopintos. No pocas veces se ha informado del movimiento de tropas rusas dentro de Ucrania oriental. Y se ha hablado de tanques polacos entrando en Ucrania occidental o de la inminente llegada de una gran flota de barcos norteamericanos a la costa de Crimea. Ello no hace más que crear ansiedad en la población. Y sembrar escepticismo ante cualquier información.