Patxi IRURZUN IRUÑEA

El campo de batalla de la cultura de Nafarroa

El pasado fin de semana Katakrak, pulmón cultural de Iruñea, acogió las I Jornadas de Cultura Prekaria y comenzó a insuflar aire para que el tejido cultural y social de la ciudad se entrelace y busque nuevos espacios que lo permitan despertar de su sonambulismo.

Fueron tres días intensos, 4, 5 y 6 de abril, en los que florecieron ideas y se debatió sobre la situación de la cultura en Nafarroa, el nuevo paradigma surgido tras el estallido de la burbuja cultural, la pedagogía necesaria para autogestionar espacios, o se aportaron experiencias de otras fábricas y colectivos culturales.

El fin último de las Jornadas, de hecho, y de quienes las organizaron, el Grupo Cultura Prekaria, es conseguir un local público para que diferentes colectivos culturales de Iruñea lo autogestionen.

Cambio de paradigma cultural

Las jornadas se iniciaron el viernes 4 con unas charlas sobre el cambio del paradigma cultural. En este bloque intervinieron Santi Eraso (exdirector de Arteleku y consejero cultural de Donostia 2016), Emmanuel Rodríguez (cofundador de la Universidad Nómada y miembro de Traficantes de sueños) y Jaron Rowan (investigador cultural y docente en Free Culture Forum). Santi Eraso definió la cultura como «un campo de batalla, en el que confluyen intereses muy distintos».

Emmanuel Rodríguez coincidió con él en esa definición y dijo que «si la entendemos como tal es necesario darle un contenido político y, en ese sentido, hasta que no haya un cambio político radical, la cultura no será un derecho social». Jaron Rowan, por su parte, defendió también la idea de un procomún con contenido político y de una cultura que, en lugar de funcionar como parche para las instituciones, le resulte problemática, crítica, plantee preguntas.

Desoladora situación

A continuación, se debatió sobre la situación cultural en Nafarroa. El activista socio-cultural Iñaki Arzoz subrayó la situación de total precariedad y la necesidad de un espacio público autogestionado con el que hacer frente a ese panorama catastrófico. El escritor Ignazio Aiestaran, además de señalar la existencia de una «cultura» navarra sin navarros, una cultura de negación y marginación de algunos aspectos propios, reivindicó y propuso recuperar el legado anterior de culturas precarias e insumisas: antimilitarismo, euskara, okupación, radios libres, memoria histórica, etc.

Edurne Mezquíriz, gestora cultural del Teatro Gayarre, recalcó la falta de un trabajo en común en lo referido a la actividad cultural y María Castejón, especialista en representación, género y medios de comunicación, subrayó la necesidad de una mirada amplia y necesaria desde la perspectiva de género, que considera que ha sido desoladora.

Otras experiencias

En el tercer bloque de las jornadas Javier Rodrigo, coordinador del proyecto pedagógico-cultural Transductores, señaló que en la construcción de espacios es necesario respetar los ritmos de colectivo y personas, y reivindicó la importancia en los procesos culturales no solo de lo productivo (la creación, la movilización...), sino también de los reproductivo (el cuidado de los espacios, su mantenimiento, limpieza...).

Para terminar, por la tarde, tras una comida autogestionada, fue el turno de experiencias colectivas ya en funcionamiento, tanto en Iruñea (intervinieron gente de Punto Gunea, Dormitaleria 54, El vértigo de la trapecista, Jazar, Vesarte o Eguzki Bideoak) como en otros lugares: Espacio Tangente de Burgos, Astra de Gernika y Patio Maravillas de Madrid.

Las jornadas finalizaron el domingo con una asamblea y un acto sorpresa frente a uno de los espacios públicos vacíos de la ciudad, el Palacio del Marqués de Rozalejo en Navarrería, donde sorpresivamente uno de los personajes ideados por Cultura Prekaria e inspirado en la película «El Gabinete del Doctor Caligari», Cesare Prekario, despertó de sus largos y oscuros años de sonambulismo cultural en Nafarroa.