Aritz INTXUSTA

Cuelan un «rojigualdo» entre los ocho carteles finalistas para San Fermín

Iruñea hizo públicos ayer los ocho carteles a los que la ciudadanía podrá votar para representar los próximos sanfermines. Esta elección encorsetada intenta vestir de participación ciudadana un programa festivo que UPN ha alejado de los movimientos populares. Como casi siempre, la propuesta del Ayuntamiento defrauda y viene con polémica. En este caso, por el cartel número 2, con fondo rojo y letras «color arena» que recuerda a una bandera española.

Una vez más, los ocho carteles finalistas para representar los sanfermines se destacan por su mediocridad. El jurado técnico-político ha tenido en sus manos más de 500 obras, pero en la reducción a tan solo ocho candidatas se ha esfumado toda posibilidad de representar algo que vaya más allá de un toro. La encorsetada elección, puesta en escena con un remedo de participación ciudadana en las fiestas que no es tal, está abierta a los iruindarras a partir de hoy.

Este año, además, vuelve con polémica, pues han colado un cartel que recuerda bastante a la bandera española. Lleva por número el 2 y el título de «SAN», que no aclara mucho sobre la intencionalidad del autor, más allá de insinuar el talante catolicón. En cuanto a lo logrado, la «A» invertida solo logra convertirse en la cabeza de un toro poniendo mucha fe. Si no estuviera relacionado con sanfermines, bien podría entenderse que lo que intentó representar es un burro. Sobre su descarado parecido con la rojigualda, se intentó esgrimir que las letras son «del color de la arena de la plaza de toros». Sin llegar a poder desmentir tan aguda percepción cromática, lo cierto es que el gentío no verá el original para discutir sobre el color, sino que verá el cartel -en caso de que gane- estampado en miles de camisetas baratas con una paleta de color bastante limitada.

En cuanto al número 1, lleva por título «7+7=14». La cuenta es exacta pero está un poco forzada, dado que, aunque las fiestas terminan el 14, en realidad empiezan el 6 y porque los sanfermines duran nueve días. En este detalle sí que ha caído en la cuenta el 3, que es una carta con simetría vertical con el 6 arriba y el 14 abajo. El protagonista es un toro que lleva un cohete en la parte del 6 y una vela al estilo «Pobre de Mí» en la imagen inferior.

En el 4, cuya imagen de San Fermín da un poco de miedo ya que presenta unos ojos blancos sin pupilas, tiene el mérito de haber incluido al último gran icono sanferminero, el torero Juan José Padilla, que se codea con Hemingway sobre el sombrero del obispo, donde aparece también una tamborilera. Se agradece una figura femenina formando parte de la fiesta.

El 5 es elegante como la pegatina de una botella de vino de mesa, sin más. En cuanto al 6, se intuye que las rayas negras son los toros corriendo el encierro, que dejan una estela vistos desde arriba. Es de los pocos estéticamente bonitos.

El número 7 era el favorito de Fermín Alonso, el modernísimo concejal del ramo. Con esfuerzo se puede intuir -¡cómo no!- otro toro. La pista para elegir unas cuchillas de afeitar la da el título: «Afilado».

Remata un octavo malo, «Con mucho amor», que vuelve a ser un toro con un dibujo que pretende ser entre picassiano y divertido e incluye unos corazoncitos rojos en los ojos del burel.

El euskara aparece en todos, pero después de la inscripción en castellano. A igual tamaño.