Pequeños regantes de Lerín, Cárcar, Miranda de Arga y Mendigorria alertaron en el Parlamento navarro de que la ampliación de la primera fase del Canal de Navarra supondrá el fin de la agricultura tradicional en estas localidades.

Consuelo Goñi, de Lerín, denunció que el Gobierno navarro y los ayuntamientos no han aportado información sobre esta cuestión, al tiempo que ha habido dejación en el mantenimiento de las estructuras del regadío tradicional. Lamentó que el Gobierno navarro haya impuesto el embalse de Itoitz y el Canal de Navarra. Junto a ello, criticó que se vaya a obligar a los pequeños agricultores a realizar grandes inversiones cuando ahora en estas localidades pueden captar agua del Ega y el Arga sin coste. Alertó que la llegada del Canal de Navarra supone una privatización del agua, a un elevado precio.

Además, recordó que en la primera fase no se han cubierto los objetivos, puesto que ni se ha fijado la población, ni ha mejorado la economía, ni se ha creado empleo. Por ello, pidió a los parlamentarios navarros que «bajen de la poltrona, se quiten la venda del poder y escuchen la voz de la calle».

Nino Ruiz Chocarro, agricultor de Cárcar que trabaja doce hectáreas de vid, frutales y hortalizas, explicó que en su pueblo se acaba de crear una plataforma, al margen de inspiraciones políticas, para defender el regadío tradicional.

El parlamentario de Bildu Víctor Rubio destacó que todo este proyecto «pinta muy mal» y recordó que inicialmente no estaba previsto llevar agua del Canal de Navarra a estas localidades. «Pero alguien calculó mal y lo han corregido», destacó. También recordó que el Canal de Navarra no ha creado empleo ni incrementado la producción agrícola. «Navarra debe competir con la agroindustria en calidad, no en cantidad», añadió.

Txentxo Jiménez (Aralar-NaBai) y Marisa de Simón (I-E) también mostraron su apoyo a los pequeños agricultores, mientras que Jerónimo Gómez (UPN), Carmen Ochoa (PSN) y Ana Beltrán (PP) señalaron que el Canal de Navarra supone crecimiento económico.