Josan Ascaso
Ingeniero Técnico Agrícola
KOLABORAZIOAK

Sra. Yolanda Barcina

Están a punto de tomar una decisión que comprometerá las cuentas de los futuros gobiernos de Navarra durante nada menos que treinta años

En su reciente «deposición» en la última Comisión de Investigación del Parlamento de Navarra tuvimos ocasión de escuchar sus referencias a que usted es de ciencias. Apelo no a su función política, sino a su carácter de científica o, al menos, de docente universitaria, para que acepte un pequeño plazo de reflexión antes de firmar la adjudicación de la obras de la ampliación de la primera fase del Canal de Navarra.

Están ustedes a punto de tomar una decisión que comprometerá las cuentas de los futuros gobiernos de Navarra durante nada menos que treinta años. No entiendo que un Gobierno que lleva dos años sin poder aprobar los presupuestos anuales sea capaz de comprometer los de los próximos treinta años.

Debo recordarle que el ejercicio del poder conlleva una proporcional responsabilidad.

Su Gobierno se dotó en marzo de 2002 de una Ley Foral de Infraestructuras Agrarias que le permite iniciar los procesos de concentración parcelaria apelando al «interés general» que ustedes determinen. Hasta entonces los procesos de concentración parcelaria estaban regulados por las leyes, preconstitucionales, de 8 de noviembre de 1962 y de Reforma y Desarrollo Agrario de 1972. Todos nos felicitamos del avance del sistema democrático, pero fíjese qué curioso: estas antiguas leyes requerían, de manera general, para la iniciación del expediente la «petición de mayoría de los propietarios de parcelas enclavadas en la zona a concentrar, bien en su cómputo personal, bien en el cuantitativo, de pertenecerles las tres cuartas partes de la superficie total». Con su nueva Ley Foral sustituyeron aquel procedimiento participativo de los agricultores por la decisión del Gobierno y el interés general.

Deseo apelar a su profesión científica, que supongo recuperará algún día. Dentro de unos años, en 2029, usted tendrá 70 años, podrá seguir en su cátedra dentro del Departamento de Ingenieros Agrónomos de la UPNA y todavía faltarán otros quince años para acabar de pagar el peaje a la sombra -o como se llame- con en consorcio OHL-Agbar. Le deseo sinceramente que conserve su salud y alegría.

Algún alumno tendrá interés por la historia de la agricultura en Navarra y quizá se pregunte por qué se negó a realizar una auditoria profesional, detallada, del cumplimiento parcial de los objetivos logrados tras la realización de la primera fase del Canal de Navarra, como haría cualquier empresa seria y cualquier Departamento universitario responsable, para analizar si realmente se han cumplido los objetivos perseguidos.

Mientras está embarcando a una parte importante del sector público y del sector agrario navarro en una inversión tremenda a medio-largo plazo, con promesas de carácter voluntarista, sin datos contrastados, sin información escasa ni compromiso real, quienes firman los contratos de concesión exigen un articulado apabullante para los legos. A mí, modestamente, me impresiona que ya de entrada se les abra la opción de vender ese contrato -que no es a la sombra, dice- a fondos de inversión. ¿Quiere decir que alguien está diseñando que sean fondos internacionales -no puedo evitar pensar en las islas Caimán o en el futuro de nuestros queridos buitres amenazados por el diclorofenaco- quienes van a disponer de gran parte del agua, de la agricultura y, por tanto, del futuro de Navarra?