La segunda entrega de la franquicia «The Amazing Spider-Man» mejora con respecto a la inicial, lo que ha contentado a los seguidores del universo Marvel. La inicial supuso un retroceso con respecto a la trilogía previa de Sam Raimi, pero con «El poder de Electro» vuelve a remontar.

Es una buena señal, teniendo en cuenta que el director de ambas entregas es el mismo. Quiere esto decir que en Columbia han hecho bien en mantener en su puesto a Marc Webb, dándole la oportunidad de superarse. En el estudio sabían que en la primera entrega iba a gozar de menos libertad creativo, puesto que era obligado volver sobre los orígenes del superhéroe, mientras que en la continuación ya no hay necesidad de ajustarse a un guión prestablecido.

Peter Parker se divierte

En «El poder de Electro» Marc Webb ha dispuesto de un mayor margen de maniobra, lo que le ha permitido recuperar el genuino humor de los cómics del Hombre Araña. Se permite hacer bromas, y toda la acción sobreviene como un divertido juego de buenos y malos. Esto marca la diferencia con la moda oscura impuesta por la rival DC Cómics, a través de las peliculas de Batman hechas por Nolan.

Esto no quiere decir que no haya episodios dramáticos, que los hay, pero están tratados en medio de una ligereza narrativa destinada a hacer más llevaderas las dos horas y media de duración.

No obstante, sigue siendo mucho tiempo, y es conocida la tendencia innata del director hacia la comedia romántica. Aquí dispone de espacio de sobra para centrarse en las relaciones de Peter Parker y su novia. Se nota que Marc Webb sigue siendo el mismo que dirigió «(500) Días juntos», al buscar la química entre la pareja estelar formada por Andrew Garfield y Emma Stone. Su romance ha de ser intermitente, habida cuenta de que los villanos hacen cola para retar al «trepamuros». Entre ellos, a destacar el joven Dane DeHaan como el Duende Verde.