Raimundo Fitero
DE REOJO

Pues eso

Si se consigue en una noche de miércoles santo una audiencia un punto superior al sesenta por ciento de todos cuantos estaban en ese momento viendo la tele, es decir un cómputo en el Estado español de algo más de once millones de telespectadores, quiere decir que estamos hablando de un fenómeno de masas, de la emisión televisiva más vista en lo que va de año, en un acontecimiento que si se suman los millones de futboleros que lo estarían viendo por todo el globo televisivo, se convierte en una inversión publicitaria magnífica.

Y aquí empieza lo bueno, al tratarse de un partido de fútbol, de una final de la Copa del suegro de Urdangarin, en el que se enfrentaban el Real Madrid, el equipo español por antonomasia, el que preside un tal Florentino Pérez que apareció el mismo día en la foto del cazador de elefantes en los emiratos árabes haciendo gestiones comerciales, frente a un Barça, en horas bajas que representa a la Catalunya independentista, todo adquirió otro valor, no se puede analizar solamente como una cuestión futbolera, sino como algo político, y con el resultado final, ganó el equipo de Rajoy, se favoreció la denominada marca España.

En TVE esta vez no manipularon demasiado la pitada al himno. Es más, en un resumen de 24H, lo incluyeron, cosa rara. Ofrecieron imágenes del besamanos al señor de la muleta, cada día más cebado, recién llegado, con retraso por avería en su avión, de sus asuntos comerciales en la tierra del petróleo. Comentaron el partido Julio Salinas, por parte del perdedor y José Antonio Camacho, del bando del ganador final., para dejarlo claro.

Lo importante es que ganó el Real Madrid, que Iker Casillas levantó la Copa, que todo vuelve al orden establecido, que los madridistas tan emparentados con el poder respiran orgullosos su españolidad rotunda y totalitaria, que parece se van a rebajar todas las tensiones y que es posible que de seguir por este camino, hasta baje el paro por decreto. Lo cierto es que en el campo de fútbol ganaron los que mejor jugaron. Fueron a celebrarlo a la plaza madrileña de Cibeles a las cuatro de la madrugada. No lo dieron en directo pero le hubiera encantado. Pues eso.