Amaia U. LASAGABASTER
SEGUNDA A | 35ª Jornada

El Eibar recupera el paso

Los azulgranas no cuajaron un buen partido pero se reencontraron con el triunfo para mantener la segunda plaza.

CASTILLA 0

EIBAR 1

El Eibar no se reencontró con su mejor versión aunque sí con la victoria. Pero tras haber sumado un solo punto en las tres últimas jornadas, si algo importaba era el resultado. Cortar la hemorragia para restañar la moral y, sobre todo, asegurarse otra semana en posiciones de ascenso directo, metiendo ahora presión a los rivales que venían apretando. Esta vez tendrá que ser el resultado el que derive en buen juego y no a la inversa.

Por fuerza, ante sanciones y lesiones, pero también por decisión propia, Gaizka Garitano organizó una pequeña revolución en su formación inicial, con la novedosa presencia de Lillo, Kijera, Errasti, Capa, Gilvan Gomes y Mainz. Funcionó, a efectos estrictamente prácticos, porque antes del cuarto de hora el Eibar ya se había puesto por delante. Con la firma de Ander Capa, que aprovechaba una dejada de Arruabarrena para rematar desde la frontal del área.

Sustos

También Xabi había reclamado su protagonismo para entonces, con una mano salvadora en un córner nada más arrancar el choque. Y volvería a hacerlo en más de una ocasión a lo largo del partido porque ayer la voz cantante la llevó el Castilla. Muy necesitado de puntos y posiblemente picado por el set que encajó en Ipurua en la primera vuelta, el filial merengue puso ganas, juego y ocasiones ante un Eibar muy romo de medio campo hacia adelante pero expeditivo en tareas defensivas. Y con fortuna desde el punto de vista arbitral, al contrario de lo que había sucedido en las dos jornadas anteriores, porque antes de la media hora de juego el colegiado anulaba un gol de Cabrera, que cabeceaba una falta, por inexistente fuera de juego.

Aunque el desacierto local, la contundencia defensiva armera y la buena actuación de Xabi evitaron que volviera a moverse el marcador, hubo más sustos antes del descanso y, posiblemente por eso, Garitano ejerció de amarrategi. La segunda parte comenzaba con Añibarro en el campo, reforzando una zaga de cinco hombres, y Mainz en el banquillo. No afectó al planteamiento de los madridistas, obligados a buscar la remontada sin descanso, pero sí a la portería azulgrana, a donde llegaron menos balones peligrosos que en el primer período.

Paradójicamente, sucedió a la inversa en el arco local. Aunque fueron contados, el Eibar quiso y supo buscar el contragolpe. Y poco faltó para que, sobre todo Gilvan a siete minutos del final, llegara la sentencia por ese camino. Pero Pacheco emuló a Xabi y, con un par de intervenciones destacadas, prolongó la emoción de un choque que se hizo larguísimo. Y que, afortunadamente, tuvo final feliz.