Iñaki TELLERIA
Elkarrizketa
Roke Akizu
Dir. Gral. montes y medio natural de Gipuzkoa

«Por primera vez se escucha a todos los agentes del sector»

Lleva en el cargo poco más de un mes, tras la destitución de Julián Unanue, su antecesor en el cargo, aunque matiza que ya desde 2013 anda coordinando actuaciones en el sector Primario. Reconoce que la planificación de la política forestal tiene un punto de ingratitud ya que sus los resultados no son visibles más que a largo plazo, cuando han pasado varias décadas.

Roke Akizu ha llegado a la Dirección de Montes y Desarrollo Rural de la Diputación de Gipuzkoa tras la destitución del anterior responsable por diferencias con la estregia forestal de cara al futuro.

Empresarios forestalistas y sindicatos agroganaderos explican su llegada como una cesión a grupos ecologistas ¿Qué hay de cierto en ello?

Es una acusación absolutamente injusta. Los agentes del sector saben perfectamente las razones que han llevado al cambio, porque se ha contado con ellos desde el primer momento. Saben que se quiere dar un nuevo impulso a la política de Montes y Medio Natural.

¿El lobbie forestal teme perder sus privilegios?

Como administración tenemos que atender a la ciudadanía en general y no a un solo sector en particular. Debemos mantener un equilibrio entre las demandas sociales, lo que exige el propio sector o los grupos que integran el sector y lo que es razonable teniendo en cuenta el medioambiente. De hecho, durante esta legislatura se ha puesto en marcha el Consejo Forestal, en el que por primera vez están representados todos los agentes del sector y donde se escucha a todos. Hasta ahora nunca se ha cocinado la política forestal en un consejo abierto y transparente como ahora.

Entonces ¿dónde está el problema?

En que se ha producido un cambio que no agrada a todo el mundo, un cambio que viene de una necesidad social y de que hay que alinear la política forestal a la que se lleva en Europa y que es la más coherente. La dicotomía que los forestalistas con pragmatismo-productividad enfrentado a biodiversidad, como si ésta fuera una cosa de marcianos, es algo insostenible hoy en día. Una cosa será sostenible y rentable en la medida en la que respete la biodiversidad, una política adecuada de tierras, de pérdida de suelo, de hidrología y de otros factores. Si éstos no se tienen en cuenta la actividad forestal nunca será sostenible en el tiempo.

¿Y esto no se ha tenido en cuenta hasta ahora?

Hay actuaciones que evidentemente no se han hecho bien, se ha maltratado el terreno y eso ha generado quejas de ayuntamientos y de baserritarras de las zonas afectadas, a quienes no se hacía caso nunca. De lo que se trata ahora es de que eso no vuelva a ocurrir, que las actuaciones se hagan bien. Gipuzkoa tiene una orografía muy complicada, que hace que, cuando se saca la madera de zonas de mucha pendiente o de difícil acceso o en condiciones climáticas adversas, haya que tomar medidas de control para que no se dañen los terrenos.

¿Es un enfado por el recorte de subvenciones a la construcción de pistas y compra de maquinaria?

Efectivamente se han recortado esas ayudas porque consideramos que ya hay una buena red de pistas, suficientemente desarrollada, lo que no quiere decir que estemos cerrados a mejorar las pistas. De hecho, estamos mirando cuáles pueden tener carácter estratégico a nivel comarcal y trataremos de mejorarlas, sacar canales, mejorar su drenaje y asegurar el firme donde haya mucha movimiento, no solo de carácter forestal. Estos estamos realizando un trabajo conjunto para optimizar las pistas que hay. Incluso se harán nuevas en casos excepcionales.

¿Había desajustes en las ayudas?

Estamos analizando a fondo el decreto sobre ayudas, porque el 50% del montante total revierte entre el 7 y el 10% de los beneficiarios, que son los que más hectáreas tienen, y esto no puede ser. Por otra parte, las ayudas deben favorecer la implantación de especies autóctonas que ayuden a nuestro ecosistema.

¿Supone eso poner freno a especies exóticas como las coníferas?

Las coníferas son las que dan más metros cúbicos de madera por hectárea. Pero la Diputación no es una empresa forestal y por eso hay que distinguir muy bien lo público y lo privado. En terreno público, de ayuntamientos y Diputación, en Gipuzkoa tenemos 11.345 hectáreas en su mayoría con planta- ciones exóticas. Esto exige una transformación a largo plazo, estaríamos hablando de 30 años y con ese objetivo estamos trabajando la planificación del bienio 2014-15. Ya tenemos planificadas las 900 hectáreas de este año y vamos a tratar de subirlas a 1.200.

Además, no todas las plantaciones de coníferas se aprovechan.

La plantación de pino va cayendo día a día, de hecho de las 41.000 hectáreas de pino radiata (o insignis) de Gipuzkoa, hay 10.105, casi el 25%, que ya tienen más de 40 años porque el mercado no da un buen precio o la accesibilidad es difícil y la inversión para sacar la madera es mayor a lo que se va a lograr.

¿Hay alternativas?

La alternativa pasa por que el principal parámetro no sea el de metro cúbico por hectárea sino abrir nuevos caminos con bosques y ecosistema autóctonos. Ya hay empresas que trabajan con madera laminada de roble europeo, de fresno europeo. No es lógico que en Gipuzkoa no haya ni un solo robledal en explotación. Por eso vamos a diversificar los productos forestales y no solo por una defensa a ultranza de la biodiversidad.

¿Será eso rentable?

Lo será tanto para el medioambiente como para la producción, pero hay que mirar la explotación o rentabilidad del bosque autóctono a largo plazo, teniendo en cuenta otros puntos de vista como el micológico o el silvopastoral -sistema productivo en el que se combina el uso forestal y ganadero-.

¿Hay que hacer ahora lo que no se ha hecho en décadas?

Así es, el pino ha cumplido una etapa y ahora estamos en una fase de transición que abre incógnitas y es lógico que genere temores, pero hace mucho que se sabía que el monopolio del pino no iba a durar para siempre y no se ha hecho nada hasta ahora.

¿De ahí la polémica?

Sí, pero resulta significativo que en la ganadería y en la agricultura todo el mundo apueste por las razas o especies o verduras autóctonas, aunque sepamos que su productividad sea menor que otras, y no se haga lo mismo en la política forestal. Pues esa misma línea estratégica debemos seguir con la planificación forestal, con el mismo carril metodológico, poniendo en valor lo nuestro, porque a producción cualquiera nos gana. Afortunadamente, ya se empieza a escuchar al Gobierno vasco y a sus soportes mediáticos poner en duda el sistema intensivo a ultranza que se ha fomentado hasta ahora y que hace aguas por todas partes.