BARCELONA 2

ATHLETIC 0

Mikel Rico se tiraba de los pelos que no tiene. Minuto 90, el de Arrigorriaga tuvo el empate en un remate a dos metros de portería, que Mascherano salvó con Pinto ya lanzando hacia el lado contrario al que tomaba la dirección de la pelota. La jugada llegaba con el Athletic volcado desde hacía muchos minutos sobre la meta azulgrana e ilustraba lo que fue el precioso choque de anoche en el Camp Nou, donde el Barça probablemente debió ganar y al final ganó, pero donde el Athletic pudo llevarse al menos un punto y se quedó con la sensación de que si hubiera cerrado más el partido tras ponerse por delante en el marcador incluso hasta los tres. Hubiera sido excesivo premio, porque el Barcelona falló lo que no está escrito e Iraizoz tuvo hasta flor, amén de aciertos, pero a nadie le hubiera extrañado.

Poco o nada cambian sus opciones de Champions tras esta derrota que entraba dentro de la lógica, toda vez que las mismas pasan por ganar el próximo domingo a un Sevilla que hizo los deberes ante el Granada (4-1) y seguro que se enfrentará en San Mamés no a once sino a doce jugadores. Desde el mismo pitido de anoche, el entorno bilbaino, la masa social rojiblanca debe activarse para crear un ambiente de auténtica final con sabor europeo. Partido grande el que se viene en San Mamés, «una final absoluta, nuestra final del año», en palabras ayer del propio Ernesto Valverde.

Pero antes hubo un partido que disputar. Y se disputó anoche. «Todo equipo que trata bien el balón, trata bien al espectador» sentenció ese filósofo metido a futbolista, o al revés, que es Jorge Valdano. Y anoche sobre el césped del Camp Nou blaugranas y rojiblancos dejaron patente que son dos equipos que tratan bien al espectador. La grada, los televidentes, para nada se aburrieron. Ante un Barcelona lánguido, muy flojo en defensa, impreciso en ataque, el Athletic fue a buscar la victoria, desde el minuto uno en que salió a presionar al mismo Pinto, hasta el minuto final en el que apretó a los culés vendiendo cara su derrota. Un toma y daca que se resolvió, curiosamente, en un acierto de un desacertado cara a gol Messi, y el único fallo de un acertadísimo Iraizoz. Justicia final tras una primera mitad que si acabó sin goles en el luminoso fue mero accidente, porque ocasiones para que uno y otro perforaran las redes rivales las tuvieron, pero por dos veces la madera y otras cuantas más los porteros, o mejor dicho, el portero visitante, lo evitaron. Si había alguna duda sobre la valentía táctica de Ernesto Valverde quedó disipada durante los primeros diez minutos de partido, cuando los leones salieron a presionar muy arriba a la defensa culé y poniendo en las botas de Aduriz la primera ocasión que Pinto desbarató. Pero fue distraerse un segundo, que el Barça salvara esa línea de presión y el Athletic permitiese un balón entre líneas para que Pedro avisase en los morros de Iraizoz al minuto 12 y uno después fuera el navarro quien salvara otro uno contra uno al mismo Leo Messi. Los azulgranas anunciaban el dominio del juego durante los siguientes veinte minutos, no exentos de ocasiones

Los de Valverde estaban más para pedir un tiempo muerto que otra cosa cuando casi a la media hora, un centro desde la banda de De Marcos lo firmó Aduriz con un voleón que escupió la madera de un marmóreo Pinto, que reaccionó para despejar el rechace aprovechado por Susaeta. Hubiese sido el gol de la temporada, por la plasticidad del gesto del ariete donostiarra y por la altura a la que retó a la ley de la gravedad. Pero el fútbol te da tanto como te quita, y casi al minuto siguiente, era Alexis el que mandaba la pelota al larguero de un Iraizoz que iba a posibilitar que los suyos llegaron al descanso con empate tras atajar dos envenenados disparos más que auparon al guardameta iruindarra al mejor jugador de los leones.

Y si los de Martino jugaban a tirar pases, el Athletic presionaba, y en una de esas, al poco de la reanudación, Aduriz desde la frontal adelantaba a los leones con un gol de mucho mérito. El triunfo parecía posible y pudo serlo si se hubiera pitado una mano de Mascherano en un gol mal anulado a Susaeta. El Barça presionó y en tres minutos dio la vuelta al marcador. Así es este equipo, decadente, pero impacable si le dejas. Quince minutos por delante donde el Athletic se volcó pero no pudo ser. La tuvo Rico. No entró. Nada cambia. En una semana, una final. Europea.