Beñat ZALDUA BARCELONA

Libros, rosas y rarezas varias en un exitoso día de Sant Jordi en Barcelona

Un generoso y soleado Sant Jordi echó ayer a las calles de Barcelona a miles de catalanes para celebrar el día del libro y la rosa, día grande en el que todo cabe, desde la memoria de Gabriel García Márquez hasta el último libro de Belén Esteban, pasando, inevitablemente, por el proceso independentista y la lucha de los trabajadores de FNAC.

Pocos acontecimientos son capaces de colocar codo con codo a diputados del Parlament y ministros de la cienciología, así como a Rosa Regàs y Belén Esteban, o al jurista y columnista Francesc de Carreras y su libro «Paciencia e independencia» junto a Loles León y su «Cocinando con Loles». La diada de Sant Jordi, patrón de Catalunya y día grande para todos los catalanes es uno de esos contados días, si no el único.

Y es que por Sant Jordi todos quieren su libro y su rosa, empezando por el propio president, Artur Mas, que inauguró la jornada con una declaración institucional a primera hora de la mañana. Un discurso sin apenas contenido político, más parecido a la alocución navideña de Juan Carlos de Borbón que a la intervención de un presidente en pleno proceso soberanista.

Pero el de ayer no era día para los políticos, lo cual no quiere decir que no fuese día para la política. Entre los libros de no ficción más vendidos, y sobre todo entre los más manoseados, se situaron ensayos, entrevistas y elucubraciones varias sobre el proceso catalán y la consulta del próximo 9 de noviembre. Entre los más exitosos de la jornada se situaron «9N 2014» del periodista Jaume Barberà o «Com ser un bon català», de Quim Morales. El proceso independentista tampoco fue ajeno a la visible presencia de libros de historia o novelas históricas centradas en 1714, año en el que los catalanes perdieron sus libertades en manos de los Borbones, y del cual este año se celebra el tricentenario.

Pero fuera de la política y la historia, lo cierto es que la mayoría de compradores prefirió libros más ligeros, según los datos ofrecidos por el Gremi de Llibreters, que situó las ventas en torno al millón y medio de libros -con una facturación cercana a los 18 millones de euros, a falta de cifras definitivas-. Así, la última novela de Jonas Jonasson, «La analfabeta que era un genio de los números», fue la más exitosa en su versión en catalán, mientras que «Las tres bodas de Manolita» de Almudena Grandes, se situó a la cabeza de los libros más comprados en castellano. Fuera de la ficción, Pilar Urbano con «La gran desmemoria» y Kilian Jornet con «La frontera invisible» se situaron a la cabeza, la primera en castellano y el segundo en catalán.

Porque no vaya a pensar ahora nadie que el día de Sant Jordi es la ocasión en que todos los catalanes sacan su alma de literatos, desempolvan su monóculo y empiezan a leer como posesos a Cervantes y a Shakespeare. Como botón de muestra, una escena en el stand del Corte Inglés en pleno mediodía, la de Alfred Bosch -escritor antes que diputado de ERC en el Congreso- obligado a buscar otro rincón para firmar sus libros debido al éxito desbordante que tiene la persona de al lado. Esa persona no es otra que Belén Esteban y la seguridad privada del recinto apenas consigue mantener el orden entre la recua de fans dispuestas a matar por una firma estampada en la última novedad editorial de la princesa del pueblo. Un libro que lleva por título -atentos- «Ambiciones y reflexiones».

Sant Jordi da para esta rareza y otras muchas, desde las rosas multicolores -incluidas las verdes de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) y las amarillas en memoria de Gabriel García Márquez- hasta los stands de multitud de sectas que ofrecen la felicidad eterna y que, consecuentemente, obligan al dependiente de turno a ofrecer una sonrisa de oreja a oreja durante todo el día. Imagínense qué cansino.

Pero para rareza la de la vicepresidenta del Gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, apoyando la cultura catalana -eso sí, sin reunirse con ningún miembro del Govern-. O al menos eso persiguió la número dos de Rajoy al convocar precisamente ayer una reunión que el sector editorial catalán reclamaba desde hace tiempo para abordar cuestiones como el IVA cultural -en los libros impresos se mantiene en el 4%, pero en los electrónicos está en el 21%- o la ley de propiedad intelectual. Pero no le acabó de salir la jugada, ya que unos cuantos editores prefirieron no asistir y otros cuantos que asistieron no se ahorraron las críticas a la vicepresidenta. El propio presidente de la Associació d'Editors en Llengua Catalana, Albert Pèlach, denunció el «protagonismo» buscado por Sáenz de Santamaría en un día en el que los protagonistas son «los libros y las rosas».

Una vez más, no era día para políticos, pero sí para luchas laborales, en las que los trabajadores de FNAC se apuntaron una importante victoria. No tanto por el seguimiento de la convocatoria de huelga -la empresa habló de algo testimonial mientras que la CGT habló de éxito rotundo-, sino por los apoyos -voluntarios o inevitables- que los escritores que tenían previsto firmar libros en el establecimiento brindaron a los trabajadores. Varios habían anunciado ya en los días previos que no firmarían libros, mientras que la mayoría se limitó ayer a no presentarse, entre ellos Bernardo Atxaga, único escritor vasco con cita en FNAC.

Pistoletazo de salida al Literaldia 2014

La diada de Sant Jordi sirvió también para inaugurar una nueva edición del festival Literaldia -y ya van una decena-, organizado por la Euskal Etxea de Barcelona con el objetivo de acercar la literatura que se hace en Euskal Herria a la capital catalana. De hecho, en el stand de la Euskal Etxea situado en las Ramblas firmaron libros ayer los escritores Manu de Ordeñana y Elena Moreno.

Durante el próximo mes las actividades se celebrarán en el centro cultural situado en el céntrico barrio del Born, en el que tendrán lugar diversos espectáculos, como «Hondakindegia», una lectura poética no musicada a cargo de Mikel Ayerbe e Iñigo Astiz, o «Hnuy Illa», una producción de la compañía de danza Kukai y Tanttaka Teatroa en la que se mezclan música, poesía, imagen y danza, todo a partir de poemas de Joseba Sarrionandia. La programación también incluye una lectura dramatizada de los cuentos de Carlos Zabala, una exposición de Juan Arrosagaray y la presentación de una antología de cuentos catalanes traducidos al euskara bajo el título «Hobe kontatzen ez badidazu».

A lo largo del festival se celebrará también el ya habitual concurso de microcuentos a través de las redes sociales. Se trata de una iniciativa para divulgar el euskara en Barcelona y que ya ha funcionado con éxito en ediciones pasadas. B. ZALDUA