GARA ABUYA

Una marcha de mujeres exige en Nigeria la liberación de las menores secuestradas

Cientos de personas se manifestaron en Abuya para exigir la liberación de las cerca de 200 estudiantes secuestradas por el grupo islamista Boko Haram a mediados de abril y cuyo paradero se desconoce.

Varios cientos de mujeres, y algunos hombres, realizaron ayer una marcha en Abuya, capital de Nigeria, para pedir la liberación de unas 190 niñas que siguen en paradero desconocido dos semanas después de haber sido secuestradas por supuestos militantes islámicos en la escuela secundaria de Chibok, un área remota del estado de Borno.

La manifestación, bautizada como «la marcha del millón de mujeres», pretendía presionar al Gobierno nigeriano, al que acusan de incapacidad, para que intensifique las labores de localización y rescate de las niñas, que podrían haber sido ya trasladadas a Camerún y Chad para ser vendidas como esposas.

Los manifestantes, vestidos de rojo, se dirigieron a la Asamblea Nacional con pancartas que decían «devolvednos a nuestras niñas».

Una de las participantes en las protestas, Tokumbo Adebanjo, de 45 años, criticó la actuación del Gobierno: «Si las 230 chicas pueden estar desaparecidas durante todo este tiempo y nadie sabe cómo encontrarlas, entonces todo irá mal en este país». «Obviamente el Gobierno no está haciendo su trabajo», añadió.

El pasado 14 de abril, milicianos que las autoridades sospechan que pertenecían a Boko Haram, aunque este grupo islamista no ha reivindicado la acción, irrumpieron en la escuela y raptaron a más de 230 alumnas, según habitantes de Chibok. 52 de ellas fueron encontradas más tarde. Las autoridades rebajaron la cifra total de secuestradas a 129.

La portavoz de Mujeres por la Paz y la Justicia, Hadiza Usman, se preguntó «¿cómo puede ser que en la era de los drones y el Google Maps, 200 chicas desaparezcan sin dejar rastro?», declaró.

«Somos pobres y sin influencias, y creemos que por eso el Gobierno no está interesado en nuestras niñas», se lamentó el padre de una de las menores secuestradas, quien, no obstante, confió en que «si los nigerianos, ricos y pobres, levantan su voz, eso empujará al Gobierno a reflexionar sobre el mejor modo de actuar para liberar a nuestras hijas», agregó.