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ANÁLISIS | PRIVATIZACIÓN DE KUTXABANK

Kutxabank ELA-PNV-ELA

El rechazo a la privatización de Kutxabank y las críticas que ha encendido entre ELA y el PNV-Confebask llevan a los autores del análisis a adentrarse en la posibilidad de avanzar en una posición conjunta entre los grupos políticos y sindicales sobre el futuro del banco vasco. El hecho de que el PNV no haya formalizado aún su decisión al respecto nos da tiempo a todos para analizar y debatir sobre las opciones de fondo existentes

La sucesión de comunicados ELA-PNV-CONFEBASK-ELA en relación con el futuro de Kutxabank ha sorprendido por su particular agresividad. Tras el anuncio por parte de ELA de su intención de iniciar una campaña en contra de la privatización de Kutxabank, la respuesta del PNV a través de un comunicado del Euskadi Buru Batzar y el posterior apoyo de Confebask en las críticas al sindicato ELA han sido sorprendentes. Sorprendente es la agresividad del comunicado del PNV, inusitada en este partido. Pero, sobre todo, es sorprendente el fondo argumental de este documento, similar al del comunicado de Confebask. En efecto, es realmente llamativo que se acuse a ELA de «mentir» por cuestionar un proyecto de privatización «que no existe» «ni va a existir».

Se hubiera entendido que el PNV o Confebask argumentaran en contra de las tesis de ELA pero no parece muy razonable reprochar con esa dureza a este sindicato algo que -a partir de las rotundas declaraciones de Mario Fernández en la Universidad de Deusto y en ETB- la generalidad de la sociedad y los medios de comunicación han interpretado de forma similar. Sin embargo, es posible que este tipo de comunicados -y el tono de los mismos- haya que entenderlos como consecuencia del nerviosismo habitual de los periodos preelectorales y no darles demasiada importancia.

El contexto «gramatical» de la disputa parece claro. Tal como expuso Joseba Egibar en el programa «Azpimarra» de ETB, el PNV considera que no hay privatización si las cajas -o las futuras fundaciones bancarias- mantienen el control de Kutxabank. De esta forma, a modo de ejemplo, una incorporación de accionistas privados con un 10% del capital no sería privatización según esta interpretación, mientras que otros lo denominarían «privatización parcial». Diferencia terminológica que no parece justificar la dureza de las descalificaciones utilizadas durante estos días. Este es, en este momento, el quid de la cuestión.

En este sentido, todo parece indicar que el PNV no ha tomado ninguna decisión favorable a la incorporación de accionistas privados. Que tampoco parece haberse adoptado ninguna decisión contraria a tal incorporación.

Esta cuestión clave parece, por lo tanto, abierta, al menos desde el punto de vista formal. Y esto, en sí mismo, es una buena noticia. El hecho de que el PNV no haya formalizado aún su decisión al respecto nos da tiempo a todos para analizar y debatir sobre las opciones de fondo existentes y, de ser posible, evitar el altísimo riesgo que este tipo de operaciones suponen para nuestra economía.

La posición de EKAI Center al respecto es suficientemente conocida. Pensamos que una incorporación de accionistas privados con un 10% ó un 20% del capital supone un claro riesgo de pérdida del control público y social de Kutxabank. Y ello como consecuencia de la dispersión de la titularidad detentada por las distintas cajas, con distintas entidades representadas, distintos grupos políticos, etc. Lo explicaremos más detenidamente en otro documento.

No sería malo que, si es cierto que las posiciones de fondo de los distintos grupos políticos y sindicales están más cercanas de lo que parece, aprovecháramos el contexto actual para formalizar un acuerdo entre los distintos grupos sobre el futuro de Kutxabank.

Aunque somos conscientes de que el contexto preelectoral no suele ser el más adecuado para ello. Pero la permanente deriva institucional de esta entidad durante los últimos cuatro años no hace ningún bien ni al propio Kutxabank ni al conjunto de nuestras políticas anti-crisis.