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Donostia

Aske Gunea: un año profundizando en el compromiso por la solución

Hace ahora justo un año, durante once días el Boulevard donostiarra logró que no se aplicase una sentencia condenatoria contra 8 jóvenes independentistas vascos que muchos consideraban injusta. 200 agentes y 3 horas fueron necesarias para quebrar un muro antirrepresivo que sigue aspirando a ser infranqueable. Fue un hito tras el cual el color naranja y la palabra compromiso se extendieron por toda la geografía vasca.

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Todavía resuena el eco de aquel hito desobediente que hace justo un año floreció en el Boulevard donostiarra. El 19 de abril de 2013 la Policía irrumpió y se llevó a la cárcel a seis jóvenes (dos más en los días posteriores) condenados bajo la acusación de pertenencia a Segi. Pero la alameda donostiarra despidió a la Policía gritando «gaur guk irabazi dugu» (hoy ganamos nosotros). Y lo cierto es, que Aske Gunea de Donostia supuso un mojón importante en la movilización social y el color naranja preponderante durante la protesta se ha convertido en símbolo de la contrariedad social ante la cerrazón del Estado contra aspiraciones legítimas de gran parte de este pueblo.

Durante el pasado fin de semana la carpa de Aske Gunea volvió al Boulevard donostiarra con motivo de las jornadas organizadas en el aniversario de aquella iniciativa, madres y padres de los encarcelados decían que aunque se llevaron a sus hijos les quedó la dignidad mostrada por la gente reunida en la iniciativa desobediente.

Aske Gunea de Donostia creó incertidumbre en los poderes del Estado; lo que hasta aquel día había pasado casi desapercibido, la encarcelación de personas por su militancia política, había pasado a ser todo un acontecimiento político y mediático. Aquella iniciativa desobediente creó una nueva manera de enfrentar unas decisiones judiciales tomadas en Madrid que contaban, y cuentan, con un rechazo mayoritario en Euskal Herria.

De Donostia a Ondarroa y de esta última a Iruñea

Un mes después, una situación similar llegó a Ondarroa. Urtza Alkorta era condenada a prisión, esta vez acusada de colaborar con ETA. El formato de crear un muro humano para resistir la aplicación de una sentencia se consolidaba en un puente de la localidad vizcaina que se convertía en punto de resistencia durante seis días, 118 horas concretamente.

Iruñea protagonizaría el tercer episodio de estos muros humanos. En este caso el condenado era otro joven independentista, Luis Goñi, y quien ejecutaría la orden de prisión la Policía Nacional Española. Nabarrería marcó el final de una dinámica desobediente que duró meses. Y es que en este caso los jóvenes condenados por la Audiencia Nacional española, eran cinco los que corrían riesgo de ser encarcelados al iniciar la dinámica, habían decidido ocultarse para evadir la acción policial.

Nuevos juicios, nuevas dinámicas

La causalidad quiso que el arresto de Goñi coincidiese con el inicio del juicio contra 40 jóvenes independentistas que habían sido detenidos en noviembre de 2009. Los 40 procesados optaron por tomar el color naranja como símbolo de su actitud ante el juicio. En este caso cuatro de las personas imputadas decidiceron no acudir por su propio pie al Tribunal e iniciar una dinámica desobediente que lograría obstaculizar su detención durante meses. Tres días después se inició el macrojuicio contra Batasuna.

El alegato final de los imputados en ambos procesos ha mostrado la posición contraria a estos juicios que mantiene la gran mayoría de la sociedad vasca.

No son los únicos casos, ya que durante los últimos meses se han reproducido numerosos juicios similares en la Audiencia Nacional española.

Del compromiso a la desobediencia

Coincidiendo con el aniversario de Aske Gunea del Boulevard, donostiarras imputados en los sumarios 35/02 y el de los jóvenes independentistas organizaron junto al movimiento que ejerce de motor en esta dinámica, Eleak, unas jornadas bajo la denominación ‘Libre topaketak 01’ y que apelaban a pasar del compromiso a la desobediencia. Durante estos encuentros subrayaron la necesidad de profundizar en las dinámicas desobedientes en diferentes ámbitos.

Nuevos retos desobedientes

El aniversario de Aske Gunea de Donostia llega con la amenaza inminente de nuevas condenas judiciales, decisiones que pondrán a prueba la solidaridad, el compromiso y la desobediencia sembradas en aquel hito desobediente que marcó un antes y un después en la contestación social.