Y decimos esto porque en la mayoría de los medios de comunicación, interesados únicamente por el morbo de una acción tan mediática, se ha obviado este tipo de consideraciones.

Por todo ello y en calidad de acusados de atentado grave a la autoridad, los abajo firmantes, con la venia de su Señoría el Pueblo, impugnamos los cargos que sobre nosotros penden, acusando a las autoridades de Euskal Herria promotoras de las obras del TAV , y como colaboradores necesarios a las empresas que las están ejecutando y a las entidades bancarias que las están financiando, de los siguientes delitos:

- Atentado ecológico grave e irreversible a la tierra que nos da sustento y cobijo, por el efecto barrera que ocasiona la división en dos del territorio, la artificialización de miles de hectáreas necesarias para asegurar la soberanía alimentaria, la destrucción de lugares protegidos de alto valor ecológico, la afección crítica a cursos de agua subterránea y superficial aumentando gravemente el peligro de inundaciones y corrimiento de tierras en diversas zonas, la transformación radical del paisaje por desplazamiento de millones de metros cúbicos de tierra, la proliferación de canteras, el aumento drástico de la producción de cemento y del consumo energético de origen nuclear y de combustibles fósiles –con las graves consecuencias de contaminación, calentamiento global, etc. que ello conlleva–, la construcción de nuevos tendidos de alta y media tensión, etc....

- Agresión continuada a las poblaciones afectadas debido al severo impacto sonoro, desalojo de viviendas, desestructuración del territorio, ahogo del ferrocarril actual por supresión de servicios y estaciones, y por favorecer el crecimiento de las metrópolis despoblando las zonas rurales y condenándolas a un papel subsidiario con respecto a aquellas.

- Derroche de fondos públicos, usurpación y robo a toda la población en general por el despilfarro en una obra inútil y elitista de los recursos necesarios para satisfacer las necesidades de una población cada vez más castigada por los recortes sociales, el paro, la precarización laboral, la falta de vivienda digna,.. etc llegándose a unas cotas de desigualdades, depauperación y exclusión social cada vez mas insoportables. Además, el hecho de que sea una infraestructura deficitaria hará que las cotas de endeudamiento sigan ascendiendo en los próximos años empeorando aun más si cabe la grave situación actual. Todo ello para poner en marcha una obra que únicamente sirve a los intereses de la cúpula del poder político y económico.

- Empleo de la fuerza para imponer la infraestructura más destructora y cara de la historia de este pueblo, valiéndose de la manipulación política, la supresión del debate social, la usurpación del derecho a decidir, la criminalización de la oposición, etc...

- Malversación y apropiación indebida de bienes por el enriquecimiento fraudulento mediante el cobro de comisiones ilegales de empresas constructoras amigas en la concesión de obras , como ha quedado demostrado en los papeles del caso Bárcenas.

- Imposición de un modelo de vida que promueve la hipermovilidad y el continuo desplazamiento motorizado de personas y mercancías, cada vez más lejos y mas rápido, acercando lo lejano y alejando lo cercano, fomentando la cultura de la prisa y la velocidad que genera estrés y ansiedad, auténticas enfermedades de nuestro tiempo. Con el TAV se promueve un modelo ideológico y cultural uniformizante que produce alienación social, y fomenta los valores ‘modernos’ del consumismo, individualismo e insolidaridad.

- La imposición de un crecimiento sin futuro porque el TAV junto a otras grandes infraestructuras viarias, plataformas logísticas, superpuertos, ampliación de aeropuertos, centrales de energía, etc. supone la implantación cada vez mayor de un modelo desarrollista propio del capitalismo globalizador, aniquilador de la tierra, los pueblos y las culturas.

Después de la relación de delitos que hemos enumerado, tenga a bien su Señoría el Pueblo, aplicar el principio de proporcionalidad que debe regir un procedimiento jurídico de estas características y aplicar a las partes implicadas el castigo que merecen. Y si se sigue considerando el merengue un arma especialmente peligrosa que hace merecedor de atentado los hechos acaecidos en Toulouse en la figura de una de las personas responsables de tamaños delitos, exhortamos a Su Señoría a que arme con tartas de merengue a todas las policías y ejércitos a su servicio y promulgue la reconversión industrial de todas las fábricas armamentísticas de sus dominios, convirtiendolas en pastelerías y reposterías.

Dios guarde a Vd. muchos años.