Asok Kumar, Ayoub El Bachiri, Federico García, SOS Racismo Araba

Carta abierta al Sr. Maroto

Al Alcalde de Vitoria-Gasteiz: Sr. Maroto: Usted ha hecho recientemente algunas declaraciones públicas que son dignas de olvido, así como de la debida reparación necesaria. No son de recibo observaciones del tipo: los inmigrantes vienen a delinquir y a aprovecharse de las ayudas sociales, en especial, inmigrantes marroquíes y argelinos; los inmigrantes no respetan las normas de convivencia; los inmigrantes son propensos a delinquir en el ámbito familiar, como si los naturales fuéramos la excepción y no la regla en este tipo de situaciones de violencia familiar; las agresiones a las parejas – mujeres en su gran mayoría – suceden un día si y otro también; se vanagloria Usted, de haber impedido que se abra una Lonja-Mezquita, en el Barrio de Zaramaga subido interesadamente en la ola de una parte del vecindario refractario a reconocer que el ejercicio del derecho a la libertad religiosa es un derecho fundamental, simplemente, recordándonos que Usted es el alcalde y basta, como justificación suficiente y última. Esta es una buena y absoluta razón para ejercer, desde luego, como Alcalde excluyente, racista y totalitario, rememorando de esta manera otros tiempos y situaciones formalmente ya superadas.

Siga usted esa dirección, a nuestro juicio, equivocada, que en definitiva viene a soliviantar, le guste o no, una vez más, a vecinos y ciudadanos que aceptamos como un hecho consolidado la presencia de personas de procedencia extranjera, con sus culturas, creencias y prácticas sociales.

Es obligación de la Alcaldía, considerar la presencia de estos nuevos convecinos de hecho con todas las consecuencias, y ser, Usted como Alcalde, el Alcalde de todos: recién llegados y pobladores de ayer, porque nos guste o no, estas personas con el tiempo serán vecinos y vecinas de derecho, aún sin su colaboración. La historia reciente y pasada, así nos lo muestra y demuestra. No aceptar esta realidad es de una estrechez de miras digna de las peores causas, sobre todo, si se envuelve con celofán de intereses de tipo electoral. Este es el caso: Hay que fomentar la xenofobia más impresentable como coadyuvante necesario a fin de recolectar unos votos, que no serán nada más, que el signo evidente de la postración de una parte de la sociedad claramente escorada hacia culpabilizar al último llegado de los efectos perversos de nuestras propias contradicciones. Crisis, pobreza, paro, vivienda, servicios sociales, sanidad, educación, recortes variados y permanentes en todos los ámbitos.

Tiene usted, que reciclarse y observar y tratar a sus conciudadanos al margen de procedencias, religiones y creencias. O es Usted el Alcalde todos y todas, o es el Alcalde de, únicamente, de los que calzan el número 42 de la horma que corresponde al calzado. Los demás, sobran, calcen al 28, o el 52, o cualquier otro número. Tenga Usted en cuenta, que las Alcaldes pasan, como las estaciones anuales, sin posibilidad de repetir, salvo que su partido, el PP, logre la mayoría suficiente para ello. Lo cual no es imposible. Se presenta Usted en las Elecciones al Parlamento Vasco del 21 de Octubre. Tiene Usted derecho a ello, como también lo tiene cualquier otro vecino y ciudadano vasco de derecho. Aplaudimos su opción en el ámbito del ejercicio de su libertad personal. No compartimos sus alegatos injustificados de maltrato al mundo foráneo, amparado en el envoltorio de su representatividad como Alcalde de parte de los vecinos.. No es digno, no es razonable y, además, no está justificado en modo alguno. ¿Quiere Usted y su partido, ganar votos? Tiene derecho a ello. No lo discutimos. Sí discutimos por el contrario, que lo intente con argucias muy poco inteligentes y argumentos denigratorios de fuerte contenido excluyente, hacia personas, mujeres y hombres que se han visto obligados a emigrar de sus países de origen, bajo el común denominador de la necesidad, la marginación y el hambre.

Modérese usted, Sr. Maroto y opte a ser elegido parlamentario en la cámara vasca, por razón de la bondad de sus propuestas y no subido en el caballo de la demagogia más rancia y perversa conocida: culpabilizar a los otros, sin fundamento razonable de nuestros males y desaciertos. Ese no es el camino. Prospere Usted, en base a su valía personal y a la sustancia de sus planteamientos políticos en los más diversos ámbitos. Ese es su derecho. Ejérzalo, por una vez, sin soportes excluyentes y xenófobos que penalizan de modo arbitrario e injustificado a parte de sus vecinos de hecho: Los inmigrantes.





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