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IRUÑEA

Álvaro Miranda defiende que ha trabajado «siempre con honradez»

El exconsejero de Economía y Hacienda del Gobierno de Nafarroa Álvaro Miranda ha afirmado tras declarar ante la juez María Paz Benito que ha trabajado «siempre con honradez queriendo lo mejor para esta tierra e intentando que los ciudadanos tuvieran una mejor calidad de vida».

El exconsejero de Economía Álvaro Miranda, a su llegada a los juzgados. (Idoia ZABALETA/ARGAZKI PRESS)
El exconsejero de Economía Álvaro Miranda, a su llegada a los juzgados. (Idoia ZABALETA/ARGAZKI PRESS)
 

 

Álvaro Miranda ha declarado durante cuatro horas ante la juez María Paz Benito, que instruye la causa que investiga el cobro de dietas de Caja Navarra.

Según consta en las actas de la comparecencia, difundidas por Kontuz en su web, Miranda ha dicho a la jueza que la forma de inspección de Caja Navarra se reflejaba ya en los estatutos de 1976 y no fue modificada en las reformas llevadas a cabo posteriormente.

Los estatutos de CAN, según ha declarado, fueron «un pacto» con el Estado, del que se derivó un reparto de tareas: la inspección y supervisión las hacía el Banco de España, mientras que el seguimiento contable o autorización del reparto de resultados, así como la inspección fiscal, eran asumidos por el Gobierno de Nafarroa.

Sobre las dietas dobles y triples cobradas en una misma jornada por los miembros de la Comisión Permanente de la Junta de Entidades Fundadoras, de la que formaba parte, ha indicado que, por parte del Departamento de Economía, no hubo ninguna autorización de pago por entender que no le correspondía hacerlo.

Miranda, que cobró en dietas 27.472 euros, ha argumentado que con todo el asesoramiento que recibían, siempre estuvo convencido de que «había cobertura para todas estas sesiones» de la Permanente y ha aseverado que «siempre han creído que actuaban conforme a la legalidad, nunca hubo dudas y más siendo un tema menor».

«He trabajado con honradez»

Al término de su comparecencia, en unas breves declaraciones a los medios de comunicación, ha explicado que ha contestado a las preguntas de todas las partes y ha destacado que ha trabajado «siempre con honradez, buscando lo mejor para esta tierra e intentado que los ciudadanos de Navarra tuvieran una mejor calidad de vida, unas mejores infraestructuras en su momento cuando fui consejero de Obras Públicas y una mejor gestión de la economía cuando me tocó el periodo de consejero de Economía y Hacienda».

Ha dicho que está «muy tranquilo de todo lo que se me ha preguntado y todo lo que he respondido, y creo que ha sido una sesión que me ha permitido responder aquello que merecía la pena aclararse, ampliarse y mejorarse».

Además, ha subrayado que «mi historia personal y pública está escrita en Navarra en los últimos 16 años», ha señalado en referencia a su trayectoria política como integrante del Gobierno foral en distintas responsabilidades.

Abucheos a la entrada y salida del juzgado

Miranda ha llegado a las 9.10 al Palacio de Justicia de Nafarroa, donde estaba citado para las 10.00. Ha accedido en solitario al interior por la puerta principal entre gritos de «que devuelvan lo robado» o «ladrones fuera de las instituciones» coreados por un grupo de personas que portaban pancartas con lemas como «Miranda, Barcina, sois nuestra ruina» o «Barcina go home».

El exconsejero ha abandonado los juzgados igual que ha entrado, en medio de consignas contra la corrupción y el Gobierno de UPN.

Con su declaración, el tema de las dietas de la Comisión Permanente de Caja Navarra queda prácticamente zanjado. A falta, quizá, de que llegue nueva documentación y se practiquen un par de pruebas más.

El alcalde de Iruñea, Enrique Maya, declaró ayer en los juzgados también en calidad de imputado. Maya fue el último en llegar a la Permanente y, por tanto, su testimonio era el que menos podía aportaR –las actas, en la web de Kontuz!–.

A diferencia de Miguel Sanz, que declaró el viernes pasado, el alcalde de Iruñea contestó también a las preguntas de las dos acusaciones populares (Kontuz y UPyD). Sin embargo, el interrogatorio no sirvió para dilucidar quién era el que convocaba las reuniones.