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Donostia

Martin Garitano señala que la deuda de Bidegi les «impone» establecer un sistema de peajes

El diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano, ha subrayado que la deuda que padece Bidegi y el «déficit histórico» en el mantenimiento de las carreteras, les «impone» establecer un sistema de peajes para hacer frente a los pagos.

Martin Garitano en las Juntas Generales. (Jon URBE / ARGAZKI PRESS)
Martin Garitano en las Juntas Generales. (Jon URBE / ARGAZKI PRESS)

En una entrevista concedida al Grupo Noticias, recogida por Europa Press, Martin Garitano lamenta que Bidegi sufre una deuda de 900 millones y se da «un déficit histórico en el mantenimiento de las carreteras de 240 millones». El diputado general argumenta que con esas cifras «se nos impone establecer un sistema de peajes para hacer frente a esos pagos».

«No somos nosotros los que contraemos la deuda, pero debemos pagarla. A partir de ahí proponemos un sistema lo menos lesivo y que mantenga la cohesión territorial entre comarcas», señala en referencia al establecimiento de peajes. Asimismo, reconoce estar trabajando para que el transporte se vea «lo menos castigado posible».

En este sentido, defiende la interconexión de las haciendas forales, ya que es «buena para evitar fraude y elusión» y advierte de que los datos «estarían muy controlados por los técnicos y la diputada de Hacienda», por lo que no cabe la desconfianza.

Por lo que respecta a sus relaciones con la patronal de Gipuzkoa, Garitano niega que el territorio sea «hostil» para las empresas. «Habrá empresarios que son hostiles para la sociedad guipuzcoana, tal vez, pero Gipuzkoa en ningún caso puede ser hostil para las empresas porque es un territorio netamente industrial, seguirá siéndolo y tendrá que ser industrial», señala.

Respecto al sistema de recogida de residuos puerta a puerta, indica que «a todos nos cuesta cambiar de hábitos, es incómodo al principio, pero hay hábitos que cuando se modifican se llega a una mejor situación».

Preguntado por si se siente cómodo trabajando con la bandera española en el edificio foral, remarca que no quiere imponer sus símbolos, pero no le gusta «que nadie pretenda imponerme los suyos». «Nosotros medimos nuestros tiempos a la hora de mantener la desobediencia civil», añade.