A.E. durango
DURANGOKO AZOKA

Euskal Denda: Un fuelle del siglo XVIII para herreros del XXI

Forjas Brun, una empresa familiar que ya ha llegado a la séptima generación de herreros, era la protagonista de la jornada de ayer de Euskal Denda, la feria de artesanía que, enclavada en la plaza del mercado de Durango, discurre paralela a la Feria del Libro y Disco. Con el soterramiento del tren y la «liberación» del paso desde Landako parece como si todo hubiera quedado mejor interconectado: tras dejar atrás Plateruena y la carpa de Ahotsenea (el lugar donde se presentan ininterrumpidamente discos y libros, en forma de concierto en el caso de la música), se llega a la Azoka alterativa y, camino de Irudienea (el cine Zugaza, dedicado a las novedades audiovisuales) y de la zona de poteo, aparece la antigua ubicación de la Azoka.

Sonido de yunque en el interior, gente que mira entre los huecos que deja la verja. Al acceder al interior de la plaza, que durante este puente acoge a Euskal Denda, recibe al visitante una forja en plena actividad, en una de las demostraciones que en ferias de este tipo suelen realizar los hermanos Brun.

Eduardo Brun, junto su hermano y varios ayudantes «reclutados» en los cursos de forja que suelen impartir, enseñan cómo se trabajaba en las ferrerías de antaño, incluso se puede ver el propio mineral de hierro, y, entre golpe y golpe, con un fuelle de forja datado en el XVIII y que parece ser una de las joyas familiares, intentan dar a conocer este antiguo oficio porque, dice Eduardo, «hay que dejarlo bien preparado para la octava generación; hay que conseguir que sobreviva la fragua».

Enclavados desde 1772 en Izurdiaga, un municipio pegado a Irurtzun, los Brun han convertido ahora la forja en un centro de interpretación que se puede visitar, lo que simultanean con estas demostraciones que no les resultaban rentables, aunque les sirven como marketing. Hay que buscar salidas para el oficio, una vez que han desaparecido los cursos que durante treinta años han impartido para distintas instituciones navarras -la crisis también se ha notado en la madera; la desaparición de los cursos para enseñar esos oficios se ha notado también en la vuelta a las ferias de estos artesanos-.

De su padre es el Homenaje al Peregrino de Gares -«necesita un meneo», apostilla el hijo-, y ellos son los autores de la verja de entrada por Dormitalería a la catedral de Iruñea, han restaurado también los cañones del Redín... y «el Dalai Lama se llevó una de nuestras piezas», dice Eduardo Brun con retranca -también se llevaron figuras de San Miguel de Aralar otros personajes, pero no quiere decir quiénes-

Los Brun recibieron el pasado jueves por la noche uno de los premios de Arbaso, la asociación de artesanos de Euskal Herria organizadora de Euskal denda, una de las ferias de este tipo más importantes del país. Un lugar que seguirá abierto hasta el domingo y que bien merece una visita.

Forjas Brun está en internet en www.forjasbrun.com y euskal denda en euskaldenda.blogspot.com.es.