Según ha informado Etxerat, los cinco prisioneros se hallan en un módulo de «vigilancia especial» cuyas condiciones de vida «han empeorado notablemente durante el verano: cambios de celda muy a menudo y muy agresivos, cacheos integrales, les revuelven las cosas de las celdas, etc».
En el último cambio de celda, los presos solicitaron reunirse con responsables de la prisión. Estos les explicaron « que había una orden de arriba y que no cambiaría nada». Ante esta situación llevaron a cabo varias protestas, pero viendo que la situación se mantenía en los mismos parámetros, no les ha quedado otra opción que iniciar hace cuatro días una huelga de hambre indefinida
Etxerat ha denunciado que mientras «siguen criminalizando la labor de la defensa de los derechos de nuestros familiares y amigos», en alusión a la reciente redada contra Herrira, las condiciones de vida en las cárceles «siguen empeorando notablemente. Por ello, debemos seguir trabajando hasta conseguir que se respeten sus derechos; aunque, como ya hemos podido observar en los últimos días, intentan criminalizar este trabajo por encima de todo».