Pernando Barrena ha afirmado en una rueda de prensa que es el momento de librarse del «del déficit democrático y social» del Estado español y hacer frente a su «receta de destrucción y caos», porque ha quedado demostrado que «el problema no es ETA, ni la izquierda abertzale, ni este país, el problema se llama España y su naturaleza franquista y antidemocrática».

Barrena, que ha comparecido junto a dos botellas de agua vacías con el número 28 en una etiqueta en solidaridad con los presos que llevan esos días en huelga de hambre en la cárcel de Sevilla II, ha denunciado las «consecuencias de la ofensiva que vivimos por parte de la ultraderecha española contra los intereses de este país».

Como ejemplos de ello, además de la situación de los presos en la prisión sevillana que evidencia la «falta de humanidad» de la política penitenciaria, también ha citado los «episodios de espionaje a Ernai y las amenazas de ilegalización a Sortu».

A su juicio, esta «agenda manejada por los enemigos de la paz» responde a que «España tiene claro que hemos logrado llevar el proceso de liberación nacional y social a una fase decisoria» en la que hay que hay que poner «argumentos democráticos sobre la mesa» que «no tienen» por lo que el Estado responde con «un no permanente y la represión».

«El Estado en este momento tiene un objetivo definido que no es otro que el independentismo de izquierdas y todo aquel que quiera facilitar el cambio político y social que este país quiere conseguir», ha destacado.

Barrena ha opinado que esto evidencia «la gran mentira que el españolismo y los gobiernos pretendían colar» puesto que queda demostrado que «el problema no es ETA», ya que dos años después del cese de su actividad armada los ciudadanos «no conocen la paz y la normalización política».

Por ello, ha destacado que se da un «escenario de emergencia como país» al que deben responder quienes «creen en la justicia social y en los derechos de los vascos a decidir su futuro». El portavoz de Sortu ha afirmado que es «momento de poner pie contra pared parar a aquellos que quieren que las generaciones actuales y las que están por venir crezcan sin derechos, en pobreza económica y social, aculturizados y condenados a vivir en el miedo permanente».