La fiscal que investiga el caso de la muerte del empresario Juan Andrés Benítez en el transcurso de una violenta detención durante el pasado 6 de octubre -conocido como caso Raval- ha acusado este viernes a ocho mossos d'esquadra imputados de cometer un delito de homicidio, al considerar que los policías actuaron de forma «excesiva, desproporcionada y desmesurada» en varios aspectos.

La fiscal considera desproporcionado el tiempo que duró la detención -más de 15 minutos-, el número de mossos que intervinieron en ella y la «fuerza física ejercida sobre la víctima». Por ello, deja margen para imputar a los ocho agentes por delitos que van desde el homicidio imprudente hasta el asesinato. Además, la fiscal añade en su escrito que todos los imputados eran conscientes de que «colocaron a la víctima en una clara situación de riesgo y peligro».

Además del delito de homicidio la fiscal acusa también a varios agentes de cometer un delito de coacciones y obstrucción a la justicia, ya que, según denunciaron varios vecinos, agentes de los Mossos d'Esquadra reclamaron a varios testigos que eliminasen las grabaciones realizadas aquella noche. En dichas imágenes también se puede observar como la mancha de sangre es limpiada antes de que se efectuar prueba alguna.

La defensa de Benítez ha reclamado imputar a un noveno agente también por un delito de homicidio, además de acusar a cuatro de ellos de detención ilegal. Además, el abogado ha exigido a los Mossos que identifiquen a los imputados con nombres, apellidos y DNI -solo se conoce su número de identificación policial- y a la Generalitat que actúe como responsable civil subsidiaria.