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EL ESCÁNDALO DE CAJA NAVARRA, AL DESCUBIERTO

CAN subió el pago anual a Goñi a 1,9 millones cuando ya estaba quebrada

El equipo de investigación de Kontuz ha tenido acceso a todos los contratos que ha tenido Enrique Goñi con Caja Navarra. El último director de la entidad cobraba 1.917.000 euros al año, más del doble de lo que se pensaba. Las dos últimas subidas de su salario se firmaron cuando la caja tenía pérdidas de más de 500 millones de euros y, además de ello, se protegió a Goñi con una indemnización de seis millones en caso de despido.

En el año 2011, mientras la fusión a la desesperada de CAN con las otras tres cajas se traducía en centenares de despidos, el director de Caja Navarra, Enrique Goñi, logró subir su sueldo real anual hasta 1,9 millones de euros. Y, además de eso, logró que la caja «blindara» su contrato como si se tratara de un futbolista. Si la CAN o Caixabank hubiera querido despedir a Goñi, tendría que abonar seis millones de euros de indemnización. Las últimas mejoras de contrato se hicieron después de que la caja estuviera a las puertas de la nacionalización.

Esta información ha sido recogida en el libro del equipo de investigación de Kontuz, que se presenta mañana en el Hotel Tres Reyes. Las tres personas que han desarrollado la investigación -el periodista de GARA Aritz Intxusta, Patxi Zamora (portavoz de Kontuz) y el redactor de «Diario de Noticias» Alberto Gil- han tenido acceso a los sucesivos contratos que la caja ha firmado con Enrique Goñi. Y el análisis arroja datos sorprendentes. El último director de la caja desembarcó en la caja para hacerse cargo de la Corporación Industrial en el año 2001 y su primer sueldo fue de 23 millones de pesetas (137.000 euros). Es decir, desde el principio cobró más que sus superiores, el director CAN, Lorenzo Riezu y su adjunto, López Merino.

Como también se describe en el libro, titulado El banquete. Expolio y desaparición de Caja Navarra, Sanz fue el responsable de fichar a Goñi, decisión que comunicó en 1998, en una cena en el restaurante Las Pocholas en la que estaban Miguel Sanz, Francisco Iribarren (exconsejero de Economía), Javier Taberna y López Merino. Sanz, en su doble papel de presidente de Nafarroa y presidente de CAN, fue el encargado de ir mejorando los contratos de Goñi hasta tal punto que, al final de su etapa, se sueldo se había multiplicado por más de diez.

Varias han sido las informaciones periodísticas que estimaban el salario de Goñi. Se ha dicho que rondaba el millón de euros, sin embargo, lo cierto es que el estudio en detalle de sus contratos, a los que se accedió gracias a los pleitos, arroja una cifra bastante más alta: 1.917.000 euros, casi el doble (y no se descarta que tuviera alguna dieta más así como prebendas por desplazamiento, etc.).

El sueldo de Goñi resulta complicado de escrutar, puesto que al sueldo base (900.000 euros) han de sumarse también un seguro de vida de cobro automático (a pesar del nombre, se abona por «sobrevivir» a la etapa de contrato), así como primas por objetivos, etc. Esta compleja fórmula, pero también común a otras entidades, permitía al ejecutivo tener una tributación fiscal más liviana, por llamarlo de alguna manera.

Los últimos contratos -y, por supuesto, los mejores- no llevaron la firma de Miguel Sanz (dado que cuando se creó la famosa Junta de Entidades Fundadoras en 2010, el corellano dejó la presidencia de la entidad) sino de José Antonio Asiáin, exvicepresidente de Gabriel Urralburu, que recientemente volvió a salir a las portadas de los periódicos como objetivo del chantaje por el que fue detenido Santiago Cervera. Asiáin fue promovido como último presidente de CAN con el impulso de UPN y PSN.

La indemnización estimada de seis millones de euros, ha permitido a Goñi continuar dentro del negocio bancario. Caixabank lo ha incorporado como directivo de Criteria, una sociedad que se hace cargo de gran parte de las inversiones que tenía la CAN. Teniendo en cuenta que Caixabank compró Caja Navarra por 159,2 millones de euros, la indemnización de Goñi equivale al 4% del valor total de la entidad. Como responsable de Criteria, Goñi nombró a Sanz como presidente de las Bodegas Sarría y también buscó un hueco a Ricardo Martí Fluxá (responsable de la Comisión de Retribuciones de CAN y quien redactó su contrato) y al presidente del empresariado navarro, José Antonio Sarría, que presidió la última etapa de la Comisión de Control, cuando Yolanda Barcina dejó libre ese cargo (también para irse a la Junta de Entidades, por cuyos emolumentos una juez solicitó su imputación al Supremo).

En el «top diez» del escándalo

El salario del director de CAN y su indemnización por despido colocan al ejecutivo en el «top diez» de los escándalos por sueldos de directivos de cajas. Este blindaje por despido, de hecho, es mayor que la pactada por Roberto López Abad (exdirector general de Caja del Mediterráneo) o que la del propio Javier García Paredes (directivo de Novacaixagalicia), que está siendo investigado por la Fiscalía Anticorrupción por si su blindaje fue fraudulento. Pese a estas similitudes, a diferencia de Goñi, las indemnizaciones a Paredes o Abad sí que fueron abonadas. Según informó en su día «ABC», el fiscal general del Estado habría recibido la orden de perseguir todos los sueldos desorbitados que se autoconcedieron los ejecutivos de las cajas cuando ya se conocía que estaban a las puertas de la quiebra.

En el caso del navarro, Caixabank decidió no abonar los seis millones. No obstante, el equipo jurídico de Kontuz apuntó a GARA, que si esta indemnización interfirió en el precio pagado por Caixabank, puede tratarse de otro delito societario como los que ya se están investigando en Madrid.

Más allá de las consecuencias jurídicas, supone un escándalo mayúsculo que Goñi cobrara casi cuatro millones de euros en los años 2010 y 2011. En esos ejercicios, la CAN firmaba los peores resultados de su historia. En el año 2010, Caja Navarra dice tener beneficios, pero el Banco de España le obligó a reconsiderar sus cuentas y a reconocer que las pérdidas superaron los 500 millones de euros. Ese año, Goñi consiguió que le mejoraran su sueldos. Y, lo que es aún más grave, los beneficios que hizo figurar de forma poco rigurosa muy probablemente le permitieron cumplir primas por objetivos y engordar su abultado salario. Mientras los despidos se contaban por centenares, Goñi logró cobrar como cien trabajadores. Y eso, pese a que era una entidad controlado desde lo público y que el dinero que gestionaba no era el suyo.

Mientras la caja, a través de las dos fusiones que dieron nacimiento a Banca Cívica (la primera con Caja Burgos y Caja Canarias y, la segunda, cuando se sumó Cajasol). perdió mil millones, su principal ejecutivo cobró cuatro millones por su gestión. Estos aumentos en la remuneración de Goñi se producen después de 2009, el año en que, según un informe de AFI (pagado por CAN) estaba abocada a la nacionalización por un agujero de 600 millones.

«El Banquete», una investigación al descubierto

Mañana se presenta el libro que desvela cómo se ha desarrollado la investigación de Kontuz, un trabajo periodístico que abrió dos procedimientos penales contra la cúpula de UPN y los principales ejecutivos de la entidad. El equipo de investigación comenta cómo descubrió el papel de Sanz y Barcina en la Permanente de CAN, pero se adentra también en el nacimiento de CAN tras la fusión de la Caja de Ahorros de Navarra y la Caja Municipal. Asimismo, aparecen en él una decena de casos de corrupción que se investigan actualmente en la Audiencia Nacional y por los que siguen imputados tanto Enrique Goñi como Miguel Sanz. GARA