Iñaki IRIONDO GASTEIZ
MUERTE DE IÑIGO CABACAS

Aldekoa sí fue el responsable que planificó el dispositivo policial en el que murió Iñigo Cabacas

Pese a todos los intentos del Gobierno actual por diluir sus responsabilidades, Jorge Aldekoa, actual jefe de la Ertzaintza, sí fue «el responsable de la planificación» de todo el dispositivo policial del día en el que dispararon a Cabacas.

Jorge Aldekoa, intendente jefe de la Ertzain Etxea de Bilbo, con número profesional 1.026 y actual jefe máximo de la Ertzaintza, fue el «responsable de planificación» de todo el dispositivo policial del día en el que un pelotazo hirió de muerte a Iñigo Cabacas. Además, esa noche se encontraba de servicio supervisando directamente el operativo desplegado en el campo de fútbol de San Mamés. Así se desprende de la documentación remitida por la propia Policía autonómica al Juzgado de Instrucción número 10 de Bilbo, a requerimiento de su titular, Ana Torres.

El Departamento de Interior que dirigió Rodolfo Ares no tuvo empacho alguno en señalar desde el primer momento que el nagusi de Bilbo, Jorge Aldekoa, y su segundo, Raúl Otaola, habían sido los «dos máximos responsables» de ese dispositivo. Lo presentaron además como una «suerte» por tratarse de mandos con gran experiencia.

Sin embargo, el actual Gobierno ha pretendido en todo momento difuminar la responsabilidad de Aldekoa, al que pese a lo ocurrido con Iñigo Cabacas ha decidido ascender a jefe máximo de la Ertzaintza.

El pasado 26 de noviembre de 2013 el portavoz del Ejecutivo autonómico, Josu Erkoreka, puso gran empeño en delimitar que Jorge Aldekoa no dirigía el «operativo» policial que acudió a la calle María Díaz de Haro, sino que, como jefe de la comisaría de Bilbo, «participó en el diseño del dispositivo», entendido como asignación genérica de recursos para toda esa jornada.

Cuándo un periodista preguntó si «determinó que aquella noche intervinieran los agentes de la comisaría y no los antidisturbios», Erkoreka volvió a relativizar su responsabilidad. El portavoz del Gobierno respondió que «he dicho no que determine, sino que participa en la determinación».

Por contra, según la documentación que obra ya en poder de la jueza encargada de la instrucción de la muerte de Iñigo Cabacas, Jorge Aldekoa fue el «responsable de planificación del evento», como en lógica corresponde al nagusi de la comisaría.

Durante tiempo, el Gobierno ha intentado también pasar por alto que Aldekoa se encontraba de servicio la noche en la que se dispararon los pelotazos que acabaron con la vida de Iñigo Cabacas. En concreto, se encontraba «supervisando directamente» el despliegue del campo de San Mamés, a muy poca distancia de donde se produjeron los hechos.

En la mencionada rueda de prensa, Josu Erkoreka insistió en que Aldekoa no tuvo ni implicación ni participación ni responsabilidad directa en el operativo. Al preguntarle expresamente si se encontraba en el campo de San Mamés, el portavoz del Gobierno respondió que «no sé qué incidencia puede tener que estuviera viendo el partido, allí había mucha gente viendo el partido».

Pero Aldekoa no estaba viendo el partido, sino trabajando. Fue la propia consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, quien después de que la jueza pidiera datos sobre la cadena de mando de aquella noche, desveló en una entrevista en «Deia» que el actual jefe de la Ertzaintza estaba al mando del sector de San Mamés, que se presuponía el de mayor riesgo.

A dos manzanas

Jorge Aldekoa sí que tiene, por tanto, alguna responsabilidad en lo ocurrido aquella noche. Por una parte, como responsable del operativo, y por otra, porque se encontraba de servicio a apenas dos manzanas de donde se produjeron los hechos.

El portavoz del sindicato policial ErNE, Roberto Seijoó, declaró el jueves que «el único debate sobre lo ocurrido aquella noche debe girar en torno al diseño del operativo». A su entender, el intento de ahorrar hacía que se destinaran pocas dotaciones, lo que crearía problemas de seguridad.

Pero, además, Jorge Aldekoa, el máximo responsable policial de servicio, se encontraba no muy lejos del lugar donde se produjeron las cargas. De hecho, su segundo, Raúl Otaola, que estaba al otro lado del campo, en la calle Rafael Moreno Pitxitxi, llegó a la calle María Díaz de Haro al final de las cargas. Allí lo vieron, de paisano, varios agentes y lo ratifica el informe remitido al juzgado.

Según un reciente artículo del ertzaina Teo Santos, el entonces nagusi de Bilbo y actual jefe de la Ertzaintza dio órdenes en relación a los incidentes. En el escrito publicado en este mismo diario el 29 de diciembre, Santos señala que una comisión de investigación parlamentaria podría servir para conocer «dónde se encontraba» Jorge Aldekoa «cuando le notificaron internamente el `incidente del herido', cuál fue su reacción y qué órdenes cursó al efecto».

Los responsables del Departamento de Interior, a quienes en los primeros momentos Aldekoa negó que se hubieran disparado pelotas la noche que hirieron mortalmente a Cabacas, sospecharon que este había ordenado que se recogieran todas las que se encontraran.

Por otra parte, PNV, PSE y PP impidieron la creación de una comisión de investigación y también que Jorge Aldekoa compareciera en el Parlamento, como había solicitado EH Bildu.

Seis sectores

El dispositivo previsto para la noche de aquel 5 de abril de 2012 se dividió entre uno destinado a la seguridad ciudadana y otro específico relativo a la vigilancia de los lugares frecuentados por las hinchadas para evitar incidentes.

Por la información remitida al juzgado, la zona se dividió en seis sectores que comprendían el campo y los alrededores. Al frente del «Sector 1», donde se produjeran los hechos, estaba el mando con número profesional 3.389, cuya identidad, según documentación oficial, obra en poder de este diario.

La toma de declaraciones del mando 5.351 se aplaza hasta el 12 de febrero

Durante la jornada de ayer tampoco se pudo completar la declaración de los cuatro agentes imputados, de momento, en la causa. Debido al fallo informático de la víspera, la declaración del ertzaina 11.066, prevista para el jueves, se aplazó a ayer. También declaró el número 15.248. Sin embargo, el testimonio del mando de la furgoneta, con número 5.351 quedó fijada para el próximo 12 de febrero, al no poder realizarse ayer por falta de tiempo.

Los tres ertzainas que han testificado hasta la fecha ante la jueza Ana Torres se han ratificado en lo declarado anteriormente ante sus compañeros de la Ertzaintza. Todos reconocen haber disparado tras haber recibido la orden para ello, y sostienen que no fueron los únicos que lo hicieron.

En declaraciones a Euskadi Irratia, la abogada de la acusación familiar, Jone Goirizelaia, insistió en que mantendrá el recurso para lograr que se impute también a los mandos que ordenaron la carga y al conjunto de agentes que participaron en los hechos. I.I.

La Ertzaintza no tiene informes ni de daños ni de pelotas ni de más llamadas

A tenor de la información que va conociéndose en este caso, en la Ertzain Etxea de Bilbo, a cuyo frente se encontraba el actual jefe de la Ertzaintza, Jorge Aldekoa, reinaba un peligroso descontrol, contrario a los protocolos de obligatorio cumplimiento en diversas materias. Si ya había trascendido que no se realizó ningún inventario del material antidisturbios empleado aquella noche, ahora se sabe que tampoco se hizo informe alguno de los daños sufridos por las propias furgonetas policiales tras los incidentes, ni se sabe si se recogieron las pelotas lanzadas, ni hay más grabaciones de comunicaciones que las que ya desveló GARA en abril del pasado año.

A la vista de que el Departamento de Interior insistió en que las dotaciones de la Ertzaintza que acudieron a la calle María Díaz de Haro fueron recibidas con el lanzamiento de numerosos objetos, la jueza había solicitado a la Comisaría que informara de si efectuó algún tipo de informe sobre los daños sufridos por las furgonetas en aquella actuación. La respuesta ha sido negativa.

Tampoco se elaboró informe alguno sobre si se procedió a la recogida de pelotas o a algún tipo de inspección ocular sobre los daños sufridos en persianas, ventanas o bares.

La jueza Ana Torres había pedido también que se le remitiera, «si las hubiera, copia de las grabaciones de las conversaciones mediante teléfono móvil entre dicha comisaría y los agentes que participaron en el dispositivo». La respuesta de la Ertzaintza ha sido que solo se graban las comunicaciones que pasan por la centralita de la Ertzain Etxea, por lo que no hay más que las aportadas ya a la causa.

Cabe señalar que cuando GARA y NAIZ hicieron públicas esas conversaciones, desde fuentes oficiales se señaló que eran una parte de las grabaciones existentes, pero que había más y que estas cuestionarían las conclusiones que se sacaban de las publicadas por este diario.

Pero además, y tal y como adelantó GARA el pasado 21 de abril, en la comisaría de Bilbo no existe el registro preceptivo de la utilización del material antidisturbios la noche en la que dispararon contra Iñigo Cabacas. Los manuales de la Ertzaintza indican que debe registrarse qué escopeta y qué bolsa de pelotas, con su debida numeración, se entrega a cada agente. Y, al devolverlo, se debe dejar constancia de si se ha desprecintado la bolsa y el número de proyectiles que se han utilizado, así como «cualquier incidencia surgida durante estas tareas». Sin embargo, en este caso no hay nada de eso.

De hecho, en su último auto la juez Ana Torres deja aclarado que el agente con número de identificación profesional 08144, a quien señala como «encargado del búnker», ya declaró que «no se hizo tarea de reposición y precinto posterior de las bolsas de pelotas» y que «no queda registro de qué escopetas estaban usadas», lo que dificulta la posterior investigación. I. IRIONDO