Amaia GARTZIA GASTEIZ

Lurmen pide el sobreseimiento del caso Iruña Veleia por indefensión

Después de años de litigios y a raíz del último informe realizado por el Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPC E), dependiente del Ministerio de Cultura, Lurmen, Sos Iruña-Veleia y Euskararen Jatorria anunciaron ayer que exigirán el sobreseimiento del caso por una clara falta de custodia de las pruebas judiciales.

El exdirector del yacimiento arqueológico alavés de Iruña Veleia Eliseo Gil y la excodirectora Idoia Filloy (Lurmen S.L.), Patxi Alaña (Euskeraren jatorria) y el geoquímico Koenraad van den Driescche calificaron ayer de «inaceptable científicamente» y «falto de rigor» el último informe sobre Iruña Veleia realizado por el Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), organismo dependiente del Ministerio de Cultura. Filtrado hace pocos días por los medios del grupo Vocento, el informe concluye que 35 de los 39 grafitos analizados son recientes y, por tanto, falsificaciones. Dado «el auténtico despropósito» de este informe y de sus «argumentos supuestamente científicos», los tres colectivos anunciaron que pedirán que el caso sea sobreseído, dada la «total indefensión» que han sufrido.

Los hallazgos que se cuestionan, localizados entre 2005 y 2006 bajo la gestión de la empresa Lurmen, son unos grafitos escritos en cerámicas de los siglos III, IV y V que calificaron como históricos porque, entre otras cosas, adelantaban al siglo III la aparición del euskara y la entrada del cristianismo. Una comisión de expertos cuestionó su autenticidad y la Diputación de Araba denunció a Gil y a Filloy ante el juzgado.

Después de que las pruebas hayan permanecido en manos de la parte acusadora durante seis años, Sos Iruña Veleia admitió ayer que tiene «fundadas sospechas» de la alteración «voluntaria o involuntaria» de las piezas. En 2009, la propia Lurmen requirió al juzgado que se analizaran los grafitos cuestionados en un laboratorio extranjero de arqueometría para zanjar de una vez la polémica. Ignorando la petición, el Juzgado nº 1 de Gasteiz encomendó a la Guardia Civil dichos análisis en 2010, pero hasta un año más tarde esta no reconoció que no estaba capacitada. Otro tanto sucedió con el posterior encargo a la Ertzaintza, de iguales resultados. El último en recibir las piezas ha sido el IPCE, en 2012.

Análisis superficiales

Respecto al informe del IPCE, que apunta a que 35 de los 39 grafitos son de reciente manufactura (pese a ser 450 grafitos los cuestionados), Patxi Alaña (Euskararen jatorria), Eliseo Gil y el geoquímico Koenraad van den Driescche explicaron ayer que el estudio se ha limitado a evaluar la superficie de las piezas, que únicamente puede ser indicativo de manipulaciones -limpieza, dibujado, estudio, etc.-, pero que es incapaz de dirimir si son auténticas o no. De la misma manera, Lurmen propuso hace tiempo el estudio compositivo de las costras que recubren, aún, alguno de los grafitos y de lo que hay debajo, y de los huesos y ladrillos grabados en fresco. Pruebas que no se han realizado, ni materiales escogidos para ser analizados.

La posesión de las piezas por la parte querellante es algo cuando no menos intrigante para los acusados, al saber que han tenido acceso a ellas además de los miembros de la comisión que los estudiaron, equipos de grafólogos y demás personas «afines a las tesis de la comisión y del ente foral», según Lurmen. Esto fue calificado de inaudito ayer: «Este mero hecho, es causa suficiente para cerrar este caso por indefensión». El IPCE declara haber hallado una veintena de metales modernos en los grafitos. Son hierro, cerca de veinte aceros diferentes, plomo, cinc, alpaca, latón, oro, plata, cuprita... «Esto significa que el supuesto falsificador habría de haber utilizado más de veinte herramientas diferentes para inscribir las piezas», dijo Gil, cuando muchos de estos metales no son aptos para la grabación. Sin embargo, la presencia de metales modernos no se nombraba en el estudio que el Madariaga (miembro de la comisión) realizó en el 2008 y tenía en común cuatro piezas con el del IPCE. Por lo tanto, «¿de donde surgen todos esos metales en la superficie de las mismas piezas que en el 2008 no estaban y ahora detecta el IPCE?».

Otro informe plagado de contradicciones científicas

Ignorando una vez más la petición de Lurmen de analizar los grafitos en hueso y ladrillo, mucho más fáciles de datar (con pruebas rápidas, baratas y absolutamente concluyentes como el Carbono 14 o la termoluminiscencia, según apuntaron ayer), las recientes pruebas se habrían limitado a inspecciones superficiales con microscopio y ningún análisis químico. Los querellados han exigido que se asegure que las piezas continúan en su estado inicial, la ordenación de nuevos análisis científicos en laboratorios extranjeros y especializados en arqueometría y que reconocidos arqueólogos no vinculados lleven a cabo excavaciones controladas. A.G.