La guerra silente que se desarrolla en internet ha vivido un nuevo episodio relacionado con un polémico caso de espionaje en el que, en esta ocasión, la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense ha ejercido labores de «actor secundario» y ha delegado en los servicios secretos británicos buena parte del protagonismo.

Concretamente, este nuevo caso de espionaje virtual afectó en tan sólo seis meses a cerca de dos millones de usuarios de Yahoo que vieron cómo su privacidad saltaba por los aires por culpa de un proyecto llamado Optic Nerve.

Según ha revelado el diario británico The Guardian, esta vulneración se tradujo en la interceptación de imágenes de webcam que pertenecían a usuarios del servidor Yahoo. Según revelan los documentos a los que ha tenido acceso el diario británico, este programa ha sido empleado en experimentos de reconocimiento facial, para supervisar objetivos existentes de la agencia de escuchas británica y resultó materialmente imposible impedir que los empleados de la GCHQ -siglas de la agencia de vigilancia británica- no visionaran por su propia cuenta la ingente cantidad de imágenes con contenido sexual que fueron captadas mediante el programa Optic Nerve. El funcionamiento de este programa que nos acerca a la inquietante ficción imaginada por George Orwell en «1984», era aparentemente simple: se tomaba una imagen cada cinco minutos, sobre todo para evitar sobrecargar sus sistemas.

Visto lo acontecido con el caso Snowden y en previsión de evitar males mayores, la empresa tecnológica asediada virtualmente no ha dudado en salir a la palestra y mostrar su enfado a las autoridades británicas y estadounidenses y añadir que desconocía por completo la existencia del citado programa de espionaje.

Por el momento se sabe que los informes sobre el proyecto Optic Nerve fijan sus objetivos entre 2008 y 2012 lo que podría disparar considerablemente la cifra de personas espiadas.