Maite SOROA
msoroa@gara.net
PAPEREZKO LUPA

Épocas nefastas

Cada vez que se acerca el 14 de abril, algunas y algunos rememoran la proclamación de la Segunda República, expresan su deseo de instaurar la Tercera, y en esta tierra muchas y muchos anhelamos con más ganas si cabe poder proclamar más pronto que tarde la Primera República Vasca. Sentimientos legítimos y saludables en todo caso; republicanas somos y en el camino nos encontraremos. Pero hay quien no solo no comparte tan provechoso ánimo, sino que parece que le escuece. Ocurre con el articulista de «La Gaceta» Kiko Méndez Monasterio, cuya columna lleva por elocuente nombre «Trafalgares y Lepantos», y que en su última diatriba se queja porque «ondea la bandera republicana en Bilbao, y en Madrid se convocan decenas de manifestaciones nostálgicas», y apostilla que «hay que ver como no pasa el tiempo, que hay ayeres que no se marchan nunca, que se cumplen hoy ochenta y tantos años y todavía parece que será mañana, que aún no ha sucedido del todo, la República. Cierto que aquella época nefasta ya estaba perdida en la historia, y que sólo algunos la han regresado ideológicamente, con añoranza adolescente de lo desconocido e idealizado, porque no saben vivir en este siglo, o porque consideran el juancarlismo como sistema amortizado». Que el juancarlismo está amortizado ya ni siquiera es noticia, por mucho que se empeñen, y puestos a buscar épocas nefastas añoradas por nostálgicos, el tal Kiko podría mirar mucho más cerca, en su propia casa.

Tras soltar perlas tales como que «español no es todo traca, feria y chirigota, también tiene sangre orgullosa, y esta era en realidad la palabra que nos definía en Europa, mucho antes que el olé y que el torero», lo que da la medida de lo mucho que han avanzado con el tiempo, el columnista extremocentrista concluye que «de entre todas las falsedades que en cada aniversario republicano padecemos, es la exaltación del golpe de estado de aquel 14 de abril, en el que unas elecciones municipales cambiaron un régimen. No hay resquicio legal que lo justifique. Y eso se convierte ahora en aviso a navegantes, para los tecnócratas de manguito y visera, y todos los que crean que la simple letra de la ley puede detener procesos revolucionarios o separatistas». Él no se cuenta entre ellos, pues sí sabe lo que hay que hacer para detener procesos revolucionarios o separatistas... Se ve que también añora épocas pasadas.