Joseba VIVANCO
Internacional En Östersund, en la Laponia sueca

El Mundial de los sin Mundial

Lapones, refugiados de Darfur, abjasos, occitanos, kurdos, padanos, tamiles, osetios del sur, se dan cita durante toda esta semana en una nueva edición de la VIVA World Cup para selecciones de pueblos o territorios no reconocidos de manera oficial por la FIFA.

Estamos en el año 2014. Todo el planeta futbolístico está absorto con el Mundial de Brasil... ¿Todo? ¡No! Un pequeño estadio en Laponia poblado por humildes selecciones no oficiales resiste a la todopoderosa FIFA... «Darfur United es mucho más que una camiseta». Las palabras eran de Suleiman Adam Bourma, líder natural y capitán del combinado que conforman jugadores desplazados que viven en campos de refugiados cerca de la frontera de Sudán con Chad. Acababan de caer derrotados por 15-0 frente a Chipre del Norte, la segunda mayor goleada de la historia de la VIVA World Cup tras el abultado 21-1 de Laponia a Mónaco, en la final de 2006. Pero los integrantes del Darfur United ya se sentían vencedores con su sola participación en esta cita futbolística organizado bajo el auspicio de la Confederation of Independent Football Associations (ConIFA), entidad que agrupa a pueblos, naciones, minorías y territorios aislados y fortalece el vínculo entre ellos, además de brindarle un marco de competición que no tienen, por no ser parte de la FIFA.

Porque mientras millones de ojos en todo el mundo miran ya a Brasil 2014, en un coqueto estadio lapón tres estrellas, ayer echó a rodar el balón de una nueva edición de la ConIFA World Football Cup, hasta el próximo 8 de junio en Östersund, en la Laponia sueca.

En un bar de Bruselas

Porque donde no llega la FIFA, llega la NF Board, organización surgida en 2003 con el objetivo de dar soporte a todas aquellas selecciones de territorios que no han sido reconocidos por la FIFA, que agrupa a nada menos que 207 afiliados, más incluso que la propia ONU. El 13 de diciembre de 2003, en una mesa del ya histórico bar llamado «La Muerte Súbita», en Bruselas, Jean-Luc Kit, Christian Michelis (historiadores franceses), el belga Luc Misson (abogado de Marc Bossman en el caso que cambió las reglas laborales en el fútbol europeo) y otro francés, Thierry Marcadé (un hombre abocado a la causa separatista del Tíbet), decidieron crear la Neuville Federation Board, osea la NF Board, rebautizada como la Non FIFA Board.

El entrenador danés Michael Nybrandt realizó en esa época viajes por la India, Nepal y el Tíbet, se solidarizó con la causa tibetana y, levantando la bandera de la no violencia, se dedicó a armar un combinado en el exilio. Con el apoyo del mismísimo Dalai Lama, se organizó el primer partido, contra Groenlandia, cuya selección tampoco es reconocida. Tíbet cayó 4-1. Pero fue lo de menos. La NF Board decidió organizar la VIVA World Cup para juntar a esos potenciales equipos sin representación oficial. Y esa primera cita se jugó finalmente en 2006, en Occitania (región dentro del Estado francés), con solo tres visitantes: Mónaco, Laponia y Camerún del Sur, si bien los jugadores africanos no recibieron visados y les fue imposible participar.

En palabras del cofundador de la NF Board Jean-Luc Kit, «somos alérgicos a los políticos. Si alguien trata de realizar signos políticos o religiosos durante un partido, nosotros pararemos el juego». Sin embargo, la presencia de algunas selecciones en esta particular competición lejos de los focos mediáticos a nadie escapa que tiene también su propia proclama territorial.

Abjasia busca reconocimiento

Sin ir más lejos, uno de los participantes en la edición que arrancó ayer en Laponia es Abjasia, territorio ubicado en la vertiente sudoeste de la cordillera del Cáucaso, con costas en el mar Negro, y cuya capital es Sujumi. Es una república independiente de facto desde el 23 de julio de 1992; no obstante, Georgia la considera una república autónoma que le pertenece, al igual que gran parte de la comunidad internacional. Solamente Rusia, Nicaragua, Venezuela, Tuvalu y Nauru la tratan como un estado independiente. Desde 2007 tiene su propia federación de fútbol, en tanto el gobierno abjasio hizo una petición a la FIFA en mayo de 2012 para poder disputar encuentros internacionales, como se le permitió a las Islas Feroe -aun perteneciendo a Dinamarca- en 1998 o más recientemente a Kosovo.

Esta será la primera presencia abjasia en este Mundial de los `noFifa', toda vez que solo ha disputado tres partidos como tal selección. Los dos primeros en 2011, ante Nagorno Karabaj: empate 1-1 de local y derrota 3-0 como visitante; en 2013 recibió al seleccionado de Osetia del Sur, al que venció 3-0.

Los partidos -28 encuentros en total- se disputarán en el Jämtkraft Arena, el estadio del Östersunds Fotbollsklubb (de la Superettan, la segunda división sueca), que cuenta con capacidad para 6.000 espectadores. En su grupo se encuadran Occitania y Laponia. Los anfritiones samis buscan su reconocimiento oficial. Ingresaron en la NF-Board en 2003 y fueron el primer campeón de la VIVA World Cup en 2006. Dos años más tarde fue el anfitrión y terminó en tercer lugar, igual que en 2009, en su última participación. Como dato curioso reseñar que en 1987 disputó un amistoso ante la sub-23 de la República Democrática alemana, que perdió 0-6.

Padania es otro de los combinados que concurren a este torneo, el nombre de una región institucional propuesta en el Valle del Po y utilizado desde 1970, que ocupa el norte de Italia, el noroeste de Croacia y el sudeste de Eslovenia. Su entrenador incluso fue el hijo del líder de la Liga Norte, Umberto Bossi, uno de los impulsores de este seleccionado con claras connotaciones reivindicativas. En anteriores ediciones reclutó entre sus filas a jugadores conocidos como Maurizio Ganz (jugó en Sampdoria, Parma, Brescia, Atalanta, Internazionale, Milán y Fiorentina, entre otros) y Federico Cossato, que lo hizo en el Chievo Verona. Hoy, cuenta en sus filas con Enoch Balotelli, hermano de Mario, el popular delantero del Milan.

El representativo padano es el que llega con mayor experiencia al debut de la ConIFA World Football Cup, en la que competirá en su grupo con Darfur y Osetia del Sur. Nagorno Karabaj es otro de los partícipes este año, a pesar de las protestas de la Federación de Azerbaijan, que se quejó ante la FIFA e incluso la Federación sueca, pero sin resultados. Debutó ayer ante Ellan Vannin, el representante de la Isla de Man, una Dependencia de la Corona británica con gobierno autónomo, formada por una isla principal y algunos islotes situados entre Irlanda y Gran Bretaña. La Isle of Man Football League comenzó a disputarse nada menos que en 1896 y tiene un carácter amateur. Desde 2013 actúa como selección y en abril pasado jugó un amistoso contra Mónaco para recaudar fondos para el equipo de Darfur.

Kurdistán, el campeón a batir

Los asirios estarán también presentes en Laponia, un territorio que actualmente ocupan varios países, como Irak, Siria y Turquía. Amantes del fútbol, esta de 2014 será su segunda participación. Prohibida en Siria, desde la diáspora crearon la Aramean Syriac Football Association, cuya selección hizo su debut en 2008, cuando fue subcampeón de la Viva World Cup. En aquella ocasión la totalidad del plantel se conformó con jugadores que militaban en distintos clubes de Suecia, especialmente en el Syrianska de la Allsvenskan, máxima división del país.

Todos los participantes tendrán como máximo rival al vigente campeón -ganó a Chipre del Norte ante 22.000 espectadores, en 2012-, Kurdistán, cuya Federación se creó en 2006 y tiene su sede en Erbil, dentro de la región kurda iraquí. Es la promotora de la Kurdistan Premier League, en la que están 14 equipos. Uno de los cojuntos más fuertes -cuenta con jugadores de la selección de Irak-, en diciembre de 2013 llegó a medirse a una selección gallega en Pontevedra, perdiendo 3-2.

Osetia del Sur, los tamiles del Tamil Eelam (Sri Lanka) y el Condado de Niza completan el torneo de este año, en el que se echará de menos al Sáhara Occidental, que se estrenó hace dos años con 30 goles en contra y uno solo a favor, pero que no ha podido repetir. Todos los presentes competirán hasta el 8 de junio, unidos por el fútbol y seguro que por más de una reivindicación. Cuando un líder de los refugiados de Darfur se enteró de que el equipo representado con ese nombre participaba hace ahora dos años, su respuesta fue esclarecedora: «Ahora somos parte del mundo». Incluso no estando en Brasil 2014.